Suplantación y robo de identidad, una expresión del machismo en línea. Parte 1

Sep 5, 2022

Por: Mariel Dominguez, Alicia Reynoso e Ixchel García

Durante la pandemia por Covid-19 se popularizaron noticias, videos y artículos sobre OnlyFans y JustForFans que hablan de los beneficios económicos de utilizar estas plataformas o que dan tips e información para las usuarias, pero también sobre los múltiples casos de personas que estaban viviendo situaciones de violencia digital en estos espacios a nivel mundial. Una de las formas de agresión relacionada a estos casos es la  suplantación de identidad para crear perfiles falsos que difunden contenido íntimo y privado.

Se volvió más frecuente el robo de fotos en su mayoría de mujeres, tomadas de sus cuentas de redes sociales como Instagram, para crear perfiles falsos y vincularlos a plataformas que simulan ser de OnlyFans y JustForFans en el intento de difundir y vender contenido sexual sin el consentimiento de las propietarias de los contenidos.

Imagen vía giphy

Algunos elementos en su estrategia es que siguen sistemáticamente a les seguidores de la persona usuaria auténtica, crean una biografía similar a la original y al mismo tiempo bloquean a la cuenta auténtica para que no pueda seguir la actividad de la cuenta falsa.

“Me enteré que me habían creado una cuenta por un amigo que me dijo que su aplicación de banco detectaba como virus el enlace a la página para acceder al contenido. Yo le dije, pues es que esa cuenta no es mía, yo no sé a qué te estás metiendo”

-Marlen, mujer cis bisexual 28 años

Suplantación de identidad, modus operandi en transformación

Nos hemos percatado de que la suplantación de identidad es una forma de violencia digital con diferentes modus operandi que se han ido transformando durante los últimos meses. Según la tipología de las 13 formas de agresión relacionada con las tecnologías contra las mujeres  publicada en el informe “La violencia en Línea Contra las Mujeres” (2017), se define la Suplantación y robo de identidad como “el uso y manejo de la identidad de una persona sin su consentimiento teniendo como formas de ataque la creación de perfiles o cuentas falsas, usurpación del sitio, nombre o datos que refieran a la persona; hacerse pasar por una persona incluso usando su propia cuenta para hacer comunicaciones; robo de identidad, dinero o propiedad.”

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“Me abrieron una cuenta falsa de instagram la cual se promociona como de venta de contenido con un link que aparentemente era de OnlyFans pero que direccionaba a una página de Wix. Es una estafa para sacar dinero a la gente. Al inicio sí me dio miedo que gente cercana hubiera caído en la estafa o que sí tuvieran contenido real mío.”

-Rebeca, persona no binarie 25 años

La suplantación y robo de identidad se ha extendido a diversas plataformas como Instagram, Facebook, Twitter, TikTok, y ha afectado diversos canales de comunicación como correo electrónico y mensajería dentro de estas redes.

Una forma en la que se lleva a cabo puede ser a través del acceso y control no autorizado o Stalkerware, por el cual se logra obtener información personal de la usuaria y acceso a su red de contactos. Con este control pueden extorsionar a las usuarias para recabar más contenido o vender el ya encontrado, así como crear otras cuentas falsas con la información y/o contenido de la persona.

Al tomar el control de la cuenta también pueden tener acceso a otras cuentas a través de la red de contactos de la persona utilizando el mismo mecanismo para aproximarse, por ejemplo, solicitan apoyo para recuperar una cuenta y envían un link falso a través del cual buscan tener el control da cuenta que le da click (Phishing). Es por ello que en múltiples ocasiones puede ser un ataque colectivo y en círculos cercanos o relativamente cercanos en los cuales se replica el mismo modus operandi generando una cadena de ataques digitales.   

“Me di cuenta que funciona como una cadena, antes de que creen una cuenta falsa es como si te hicieran un seguimiento, ven qué posteas, tus stories, incluso así es que encuentran a las otras cuentas que van a suplantar. Buscan perfiles similares y por eso pasa mucho que se empieza a dar esto de los perfiles falsos entre circulos cercanos”

– Van, mujer pansexual, 26 años.

Ante la violencia digital de género ¿dónde quedan las plataformas?🤷‍♀️

Hemos identificado desde nuestra Línea de Apoyo que al igual que otras formas de violencia digital, la suplantación de identidad o perfiles falsos está afectando mayormente a las mujeres. En nuestro informe Frente al Amor Tóxico virtual: Un Año de Operación de la Línea de Apoyo contra la Violencia Digital señalamos que la violencia digital es de género, viene acompañada de un carácter sexual y se concreta a través de la amenaza de difusión, la difusión de contenido íntimo, la intervención de comunicaciones y la suplantación de identidad o perfiles falsos. 

“Hola, alguien hizo un Facebook con mi nombre y apellido y tiene una foto mía de portada y la de un hombre de perfil el cual yo no conozco y se hace pasar como pareja mía. Ya lo he intentado reportar mis amistades también pero Facebook dice que no se infringe ninguna norma y no sé qué más hacer”

– mensaje recibido a través de la la Línea de Apoyo de Luchadoras

¿Y por qué somos las mujeres las más afectadas? Porque la violencia machista se extiende a los espacios digitales y ha encontrado cada vez más formas de seguir alimentando la censura que históricamente hemos vivido por las diversas expresiones de nuestros cuerpos. En este caso, los modus operandi utilizados parten de asumir que el contenido que comparten las mujeres es de uso público, sin respetar la privacidad y el consentimiento de las propietarias. 

Por otra parte, ante esta forma de violencia y sus distintas estrategias que se van transformando, las plataformas tienen una gran responsabilidad tanto en la prevención como en la atención de la violencia generada dentro de sus espacios, que si bien existen nuevas alternativas para hacer frente al constante cambio en el mundo  virtual, estas aún no son suficientes. Las plataformas suelen optar por soluciones tecnológicas que a pesar de abordar una parte de las necesidades, ignoran los contextos complejos y diversos que un algoritmo no puede ver. El tecnosolucionismo no es suficiente cuando se trata de atender la violencia. 

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Muchas veces puede haber omisión por parte de actores con poder regulatorio y los algoritmos selectivos en sus plataformas que no les permite analizar todo el  contexto, lo que puede llevar a casos de censura y también a mantener cuentas que continúan afectando a las usuarias. Si bien las plataformas pueden llegar a responder a un reporte sobre suplantación de identidad, es probable que su tecnología no identifique que infringe normas comunitarias por la dificultad de verificar una cuenta que es falsa o que está bajo control de la persona agresora.

Las consecuencias de esta forma de agresión son muy preocupantes, ya que generan un impacto profundo en la vida de las víctimas, afectan sus redes sociales, sus canales de expresión, relaciones personales y enfrentan desprestigio, lo que las obliga en algunos casos a cerrar o perder una cuenta, abandonar las tecnologías o hasta puede haber una constante sensación de vigilancia, desesperación, vergüenza y confusión. 

La violencia digital es real y está teniendo un impacto en la vida de las personas, dentro y fuera de línea. La decisión sobre el carácter público o privado de nuestra información en Internet debería ser una decisión personal, consciente y voluntaria, no influenciada como consecuencia de los usos perjudiciales que dominan el campo digital, sobre todo, cuando se trata de la expresión de nuestros cuerpos.

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