Informe de la Línea de apoyo 2023
Este segundo informe realizado por la “Línea de Apoyo contra la violencia digital” de Luchadoras, reúne y presenta experiencias, desafíos y aprendizajes de un trabajo de acompañamiento en clave feminista ante la violencia digital durante 3 años, haciendo énfasis en el acompañamiento realizado durante el 2023.
Luchadoras es una colectiva ciber y transfeminista que habita desde hace 12 años el espacio digital y físico, para aprovechar e incidir en las tecnologías y trabajar a favor de los derechos digitales y las luchas feministas.
Internet es parte del territorio que queremos libre de violencias.
Es por esto que el acompañamiento transfeminista ante la violencia digital y la Línea de Apoyo (LA en adelante) existe como una alternativa ante un contexto que no ha colocado a la violencia digital como un problema relevante, minimizando la gravedad de sus impactos como reales. y responde a una estrategia amplia que busca impulsar una Internet feminista.
La LA se formaliza en el año 2020 como un proyecto de Luchadoras, que se suma a dar respuesta a la necesidad creciente de acompañar solicitudes de apoyo a personas, en su mayoría mujeres y disidencias, que enfrentan alguna violencia en el espacio digital.
Durante nuestros dos primeros años de operación en un contexto pandémico, recibimos 1.092 solicitudes de apoyo, el mayor número hasta hoy (desde 2020 hasta el cierre de esta publicación), e identificamos un incremento en la cifra de solicitudes durante ese período, ya que en 2020 recibimos 470 y durante el año 2021 recibimos 622. Es importante destacar que la LA surgió ante la necesidad —previa al contexto pandémico— de atender a las personas que se acercaban a Luchadoras buscando apoyol; así, la consolidación de ese espacio nos permitió atender durante el confinamiento el incremento de la violencia y, aunque la LA no era pública, la visibilidad en algunos espacios digitales hizo que más personas se acercaran solicitando apoyo.
De enero de 2020 a diciembre de 2023 recibimos solicitudes de 2.049 personas que requerían apoyo. El 90,97% (1.864) de las solicitudes que recibimos afectaron a mujeres, jóvenes y disidencias. El 87,94% (1. 802) fueron solicitudes realizadas por parte de mujeres, jóvenes, y disidencias. El 10,98% (225) de las solicitudes fueron hechas por hombres, de las cuales el 3,02% (62) solicitó información y apoyo para alguna mujer y disidencia, que era conocida, conocide(s), familiar, pareja, compañera y compañeres de trabajo o escuela, amiga(e)s.
Año 2023. Ataques organizados y surgimiento de perfiles falsos
Incremento de ataques a través de discursos discriminatorios, de desprestigio y de odio
A diferencia de otros años, en 2023 quienes se acercaron a la Línea más personas que buscaron apoyo por control y manipulación de la información en 11,18% (64) y por desprestigio en 9,96% (57).
Este año identificamos un incremento en la creación de perfiles y cuentas falsas, así como ataques organizados para buscar desprestigiar en su mayoría a mujeres y disidencias, lo que nos puede dar muestra de un incremento en los recursos usados para atacar a ciertos perfiles al organizarse en grupos (incluso mediante distintas apps, plataformas) para generar violencia.
A diferencia de años anteriores, registramos un incremento en los tipos de violencia digital relacionados con expresiones discriminatorias, monitoreo, acecho y abuso sexual relacionado con las tecnologías.
Este año identificamos una interrelación entre las distintas formas de violencia a través de desprestigio, expresiones discriminatorias, monitoreo y acecho. Esto lo han vivido servidoras públicas, periodistas, creadoras de contenido, integrantes de comités o espacios feministas y personas de la disidencia; algunas han sido personas —principalmente mujeres— que han terminado relaciones de pareja. Se ha visto que, en numerosos casos, los perfiles falsos facilitan el ejercicio de la violencia digital con el objetivo de silenciar a las voces disidentes y desacreditarlas en el ámbito laboral y educativo.
Confirmamos que en los tres años reportados hay una constante cuando la persona generadora de violencia es conocida e identificada, y en su mayoría se trata de la expareja. En 2023 esto se confirmó en el 37,03% (30) de las solicitudes recibidas. De esta manera se pone el foco en que quienes ejercen violencia son personas que tuvieron acceso a información personal y/o contenido íntimo, y la utilizan como mecanismo de coerción o venganza.
Este mecanismo también lo observamos en un 24,69% (29) de las solicitudes: cuando conocían a la persona en un vínculo generado a través de prácticas de sexting, y posteriormente ello(e)s rompían el acuerdo de confidencialidad y de no consentimiento, generando violencia digital al extorsionar, amenazar y difundir contenidos íntimos sin consentimiento.
La necesidad de un acompañamiento transfeminista
Para que el espacio digital pueda ser trasformado por espacios más libres y sin violencias articuladas, es clave el impulso activo de una Internet feminista, es por ello que desde la LA hemos decidido construir y acompañar con un modelo transfeminista como respuesta a una estrategia más amplia.
¿Y por qué para nosotras es clave una Internet feminista? Porque sabemos y hemos insistido en que lo digital es real, que la violencia machista está en todos los territorios, que las claves feministas nos ayudan a nombrarla, enfrentarla y exigir espacios libres de violencias; que la violencia digital de género, como todas las formas de violencia, tiene un impacto en la vida de las personas dentro y fuera de línea, y que lo que pasa no se queda solamente en un espacio de nuestra vida.
Porque amamos Internet, es parte de nuestros territorios y nos da la posibilidad de conectarnos con otras y otres, acceder a información, participar en el debate público, descubrir y expresar otras capas de nuestra sexualidad y, entre muchas otras cosas, porque nos permite ejercer derechos y libertades. Porque también sabemos que Internet y las tecnologías no son neutrales, que constituyen otros espacios de disputa para nuestras libertades
Porque aprendimos y reconocemos que hoy nuestra acción está ocurriendo al mismo tiempo, tanto en línea como fuera de ella.
Nos enfrentamos al desafío de que habitamos un territorio digital cambiante, razón por la cual nos enfrentamos a dinámicas sociales con nuevas formas de operación, con recursos, estrategias y herramientas tecnológicas diseñadas y utilizadas para generar violencia digital. Reconocemos que se están realizando acciones por parte de las plataformas y redes sociales . No obstante, siguen siendo insuficientes frente a un problema estructural, ya que aún falta una pronta respuesta al reporte directo de las personas usuarias, existen vacíos en las normas comunitarias y sesgos algorítmicos que parecen ser construidos desde una mirada patriarcal, hegemónica, clasista y capacitista que genera espacios inseguros y/o que pueden ser violentos.
Estamos claras de que la respuesta que nosotras podemos dar ante la violencia digital es colectiva y horizontal, por lo que buscamos aprender juntas y juntes, solicitantes, aliades y acompañantes.
Elaboramos este informe para que la evidencia de la violencia digital documentada en tres años de acompañamiento ofrezca pistas que nos ayuden a construir entornos físicos y digitales de libertad para todas las mujeres y disidencias.