[vc_row type=»in_container» full_screen_row_position=»middle» scene_position=»center» text_color=»dark» text_align=»left» overlay_strength=»0.3″ shape_divider_position=»bottom» bg_image_animation=»none»][vc_column column_padding=»no-extra-padding» column_padding_position=»all» background_color_opacity=»1″ background_hover_color_opacity=»1″ column_link_target=»_self» column_shadow=»none» column_border_radius=»none» width=»1/1″ tablet_width_inherit=»default» tablet_text_alignment=»default» phone_text_alignment=»default» column_border_width=»none» column_border_style=»solid» bg_image_animation=»none»][vc_column_text]Cuando conocimos a Erika Smith, dijimos ¡WOW! es momento de luchar por la internet que queremos!
Ella es parte de la Asociación para el Progreso de las Comunicaciones y nos presentó los Principios Feministas de Internet. Cuando lo hizo descubrimos un nuevo camino.
Antes de ese explosivo encuentro entre Erika Smith y Luchadoras, nosotras habíamos estado utilizando Internet como un espacio para luchar por la igualdad de género desde nuestro programa en Rompeviento TV, y aunque ya nos habíamos enfrentado al acoso en línea y a la censura de contenidos sobre expresión sexual en nuestra página de Facebook, fue entonces que decidimos accionar.
Erika Smith ha sido la gurú de muchas a lo largo de décadas, entre ellas nuestras amigas y ciberfeministas favoritas Mariel García Montes y Florencia Goldsman. Fue de las pioneras que enseñó a las organizaciones sociales en México a usar el correo electrónico y desde la campaña Dominemos la tecnología lucha por una Internet libre de violencia contra las mujeres.
Erika, rockeas nuestro mundo <3
via GIPHY[/vc_column_text][vc_column_text]Platicamos con Erika Smith en el Centro de Cultura Digital, con una sonrisa en el rostro y sus ojos brillando de la alegría que siempre derrocha, nos contó cómo inició su relación con la tecnología:
“Es chistoso porque, cuando hablas de mi relación con la tecnología, pienso que realmente empezó en la universidad, yo trabajaba como secretaria en una empresa para financiar mis estudios. Era una secretaria flotante, en cualquier oficina que me necesitaban tenía que ir porque era la única que sabía enviar un fax. En esta empresa “empezaban a usar tecnología”, trabajaban con computadoras que no tenían una memoria instalada y podías hacer cosas muy limitadas, como escribir un documento; tenías que tener protocolos de cómo guardarlo, qué hacer con ellos y tenías que entender muchos sistemas.
En la universidad también tuve acceso a un centro de cómputo, asistí a una universidad pública muy grande que Apple había dotado con computadoras, porque vieron un cliente futuro. Ahí me tocó trabajar con una Mac, y en la oficina en la que trabajaba con otro tipo de cosas: aprendí que sólo tienes que saber y seguir comandos. Ese fue un momento de gran cambio de tecnológico que afortunadamente me tocó”.
Erika llegó a México a principios de la década de los años noventa y participó en organizaciones transfronterizas, que en ese momento realizaban un análisis sobre las implicaciones que tendría un tratado de libre comercio.
La comunicación entre los participantes de México y Estados Unidos fue difícil, porque el medio para ello fueron las llamadas de larga distancia (que tenían un costo muy elevado).
“Poco después descubrimos que existía una posibilidad de enviar algo que se llamaba correo electrónico, para hacer esto tenías que llamar a Estados Unidos para que hicieran una transmisión de datos, pensamos que si lográbamos que más usuarias hicieran esto se abaratarían los costos. Entonces, empezamos a capacitar a mujeres en todos lados”.[/vc_column_text][vc_custom_heading text=»Organización Feminista» font_container=»tag:h2|text_align:left|color:%2320c57e» use_theme_fonts=»yes»][divider line_type=»No Line»][vc_column_text]“Mujer a Mujer” fue una de las organizaciones que realizó esta capacitación y posteriormente sería una de las fundadoras de LA NETA, cuyo fin era asegurar que todas las organizaciones civiles pudieran tener acceso a internet; después verían cómo podrían usar esa tecnología de manera estratégica.
“Nosotros casi inmediatamente nos asociamos con APC y el hecho de que hubiera gente, como la de La Neta interesada en la justicia social en montones de países -ahorita estan en mas de 50 países- hacia que la información que nosotros hacíamos pública fuera más valiosa”.
Erika empezó trabajando para que las organizaciones de mujeres estuvieran conectadas a internet en México. “Trabajé en el programa de los Derechos de las Mujeres en APC, es una organización que empezó junto con internet y muchos de sus organizaciones miembro -la mayoría de África, América Latina y Asia- fueron las que iniciaron internet en muchos países y yo fui una de ellas porque era parte de la NETA que pertenecía a APC”.
Ese era el propósito de la red, ser más fuertes ofreciendo servicio de internet a la sociedad civil, intercambiar información y tener comunidad; sin embargo, una de las mayores insistencias fue que hubiesen mujeres. LA NETA inició con un compromiso con organizaciones de mujeres.
“Entonces, todas nos unimos dentro de la organización para darnos apoyo entre nosotras y poder mejorar nuestras capacidades y cuestionar este concepto de que la tecnología no es para las mujeres. Esto fue en los años 90, además impulsamos que las mujeres utilizaran la tecnología de manera estratégica para cumplir con sus objetivos en materia de derechos humanos.
Otra de la labor que realizamos fue acompañar la conferencia de Beijing en 1995, donde formamos un equipo de 40 mujeres técnicas, apoyamos a las participantes, a muchas les enseñamos a abrir un correo electrónico por primera vez y a navegar una página web”.[/vc_column_text][vc_custom_heading text=»Antes y después de las Redes Sociales» font_container=»tag:h2|text_align:left|color:%2320c57e» use_theme_fonts=»yes»][divider line_type=»No Line»][vc_column_text]Para Erika la violencia digital hacia las mujeres se traduce en un antes y después de las redes sociales. Ella y muchas mujeres de diferentes partes del mundo comenzaron a ver diferentes señales de violencia a principios de siglo y se cuestionaron: “¿Quiénes eran dueños de una foto que está circulando?, ¿la persona que fue retratada, quién la tomó, o la persona que la recibe? Porque antes ni siquiera se podía saber quién mandaba fotos.
“En ese momento no era tan común el uso de celulares. pero era obvio que la tecnología facilitaba el acceso directo a las personas, se estaban usando para grabar la violencia o daba más acceso. [/vc_column_text][nectar_single_testimonial testimonial_style=»bold» color=»Accent-Color» quote=»Nos dijeron que esto no era violencia real, que no era de preocupación, que lo que es de preocupación son los feminicidios, la violencia física; entonces Dominemos la tecnología fue un esfuerzo para evidenciar la violencia relacionada con las tecnologías. Para nosotras esto es una expresión de la violencia sistemática hacia las mujeres y si no le prestábamos atención en ese momento estaríamos en condiciones mucho más preocupantes conforme creciera internet.”»][vc_column_text]A partir de esto surgieron muchas preguntas, cuando hubo más medios nació la Campaña Dominemos la Tecnología desde APC y desde esta red de mujeres. “Todas abogamos para que más mujeres usáramos las tecnologías, que no las viéramos como algo ajeno, sino como algo totalmente integral a nuestro quehacer feminista o la defensa de los derechos de las mujeres”.
Take back the tech surgió de una vinculación a la campaña Take back the night que fueron protestas realizadas con el objetivo de retomar la noche. En estas protestas las mujeres tomaban la calle por la noche para recordarle al mundo que también era su derecho transitar libremente, sin ser agredidas.
Erika menciona que ese mismo elemento histórico se retomó en el nombre de la campaña; sin embargo la traducción en español es Dominemos la tecnología e invita a “explorar e insistir en ir más allá; nosotras hablamos de tecnología abierta, código abierto, fuente abierta, entender esto desde una perspectiva feminista, política, de cuestionarnos quién es el dueño, cómo son las políticas y cuál es su interés en proveer su servicio y visibilizar que hay una comunidad fuerte atrás”.
Para ella el código abierto y el software libre brinda la posibilidad de hacer ese análisis, debatir y cuestionarnos nuestra relación con la tecnología y cree que nos ha llevado.
Una de las mayores satisfacciones es ver cómo las mujeres aprenden y hacen uso de los recursos que tienen a su alcance. Puso de ejemplo una radialista argentina que participó en un proceso de capacitación de Dominemos la tecnología y comenzó a hacer radio con perspectiva feminista.
“Todas estos recursos brindan una posibilidad diferente a las mujeres, campañas como estas contrarrestan la tecnofobia que ha sido implantada en la cultura por los medios masivos.
Para Erika Smith el concepto de miedo “es un mito que nos han dicho desde chiquitas, que nos ha distraído de nuestra fuerza, nuestros conocimientos y nuestra capacidad de respuesta. Es como una pantalla de humo”.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]