Paola María. Tatuajes y memorias del cuerpo

Sep 7, 2018

Definir lo que es un tatuaje no es sencillo, no basta con reducirlo a la forma en la que lo describe el diccionario. Un tatuaje tiene múltiples , su significado se construye  en voz de quien lo imagina, de lo quién lo dibuja y de quién lo realiza, dependiendo de la situación este proceso puede incluir a más de una personas

Plasmar un dibujo en la piel es también generar memoria. Es un momento para poner en orden los pensamientos, para saltar, para soltar, para reconstruirse y para desdoblarse

Es un dolor que te recuerda la habilidad del cuerpo para sanar, para reverdecer, para recuperarse. Es un espacio de reconexión y de reconocimiento. Es una decisión que acompañará a una persona por el resto de su vida.

Paola Maria sabe eso, sabe que cada tatuaje es una historia, que la piel en la que un tatuaje será realizado es distinta a las demás, que sus procesos de sanación son distintos y que esa piel viene cargada de experiencias y procesos, ella es una tatuadora mexicana comprometida con su trabajo, al que se aferró como uno de los pilares de su vida.

 

DIBUJAR Y CREAR COMUNIDAD

Su primer acercamiento con el tatuaje fue en un estudio que estaba frente a la preparatoria en la que estudió, su intención no era convertirse en una de las primeras mujeres tatuadoras en México, ese espacio simplemente era un lugar en común con sus amigos con quienes compartía su interés por el dibujo.

Los años de experiencia haciendo tatuajes no han hecho más que confirmar que para ser tatuadora, es necesario tener buenas bases de dibujo. Paola ha incorporado a su quehacer herramientas digitales que le permiten digitalizar sus creaciones de forma más inmediata, pero eso no la aleja de la creación manual y más artesanal que imprime en cada tatuaje que realiza.

Ese amor por el dibujo es lo que la llevó a unirse a estudios de tatuaje, siempre tuvo el respaldo de sus compañeros, quienes la impulsaron a tomar las herramientas y aprender las técnicas del tatuaje para marcar sus trazos sobre la piel y no sobre un papel, ella comenzó a tatuar cuando las mujeres eran bienvenidas pero no invitadas.

Descubrió el arte sobre la piel y lo portó cuando aún era un tabú y un estigma, hace 20 años tener tatuajes visibles era un desafío, por poner un ejemplo, cuando subían a un vagón de metro algunas y algunos pasajeros abandonaban sus asientos y se cambiaban de vagón, pues creían “criminales” o “delincuentes” a quienes tenían tatuajes.

Su trabajo está marcado por esos momentos, en donde la creación de una comunidad era uno de los ejes del tatuaje; ella aprendió de sus amigos y con los que también le tocó generar conciencia en la población que buscaba hacerse un tatuaje sobre los riesgos de la contaminación cruzada, o la toma de alcohol durante el proceso, ella era la única mujer del grupo pero no porque fuera un espacio machista o exclusivo, si no porque -desde lo que podía percibir- otras mujeres no se sentían atraídas a estos procesos.  

 

TATUAR ES ACOMPAÑAR LOS MOMENTOS

Para mí, tatuarme fue abrazar la pérdida y resignificarla, recordar que las mujeres no siempre ganamos y no hay nada malo con eso, reconocer a las que siempre están ahí para acompañar tus momentos y tus pasos, por eso busqué a Paola María, en cada uno de sus diseños hay detalle y precisión, hay colores que bien pueden representar la acción y hay blancos que simbolizan silencios o ausencias sabías.

Ella me transmitió que el tatuaje es como yo lo pienso: un proceso artesanal y personalizado. No está en contra de quienes apuestan por el flash tattoo y no demerita su trabajo, pero ella no lo practica, el tatuaje es su actividad diaria, el trabajo que le permite combinar su creatividad y pasión con el tiempo con su familia, la actividad a la que le apuesta desde el rol de madre, de pareja y de mujer.

En las paredes de su espacio en Orion Tattoo hay bordados de amigas cercanas, stickers de ilustradoras que la inspiran y la acompañan, cuadros y pinturas de imágenes que le apasionan, los recuerdos de muchos tatuajes que ha realizado y varios dibujos y acuarelas que ella hace para no “aburrirse de hacer sólo tatuajes”

Las reglas han cambiado y los tatuajes ya no son un estigma, son una forma de expresión casi convertida en moda, y ella sigue pensando en que ser tatuadora es más que dibujar sobre la piel de otra persona, es acompañar un momento y saberse parte de él.

Dentro de los estudios, las normas también se han modificado, cada vez hay más mujeres haciendo tatuajes, Paola respeta y admira el trabajo de muchas de ellas, de las jóvenes que han comenzado a llenar estos espacios y que ahora también encuentran en el tatuaje una forma de expresión.

 

 

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