[vc_row type=»in_container» full_screen_row_position=»middle» scene_position=»center» text_color=»dark» text_align=»left» overlay_strength=»0.3″ shape_divider_position=»bottom» bg_image_animation=»none»][vc_column column_padding=»no-extra-padding» column_padding_position=»all» background_color_opacity=»1″ background_hover_color_opacity=»1″ column_link_target=»_self» column_shadow=»none» column_border_radius=»none» width=»1/1″ tablet_width_inherit=»default» tablet_text_alignment=»default» phone_text_alignment=»default» column_border_width=»none» column_border_style=»solid» bg_image_animation=»none»][vc_column_text]Sin la participación de las mujeres la independencia de México no habría sido posible, sin embargo sus acciones y hazañas no aparecen o son mínimamente mencionadas en la historia.
Gracias a investigaciones como Mujeres de Latinoamérica en cifras, realizada por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) en 2003 y los aportes de académicas como la historiadora Patricia Galeana y la investigadora María de J. Rodríguez es que sabemos que muchas mujeres participaron activamente en la lucha por la independencia de México.
Nosotras sabemos que la verdadera revolución se inicia nombrando así que aprovechamos estas fechas para recordar a aquellas mujeres que nos dieron matria. Aquí 5 heroínas mexicanas para inspirarnos;[/vc_column_text][divider line_type=»No Line»][vc_custom_heading text=»Leona Vicario» font_container=»tag:h2|text_align:left|color:%2320c57e» use_theme_fonts=»yes»][image_with_animation image_url=»6298″ alignment=»center» animation=»Fade In» border_radius=»none» box_shadow=»none» max_width=»100%»][vc_column_text]La heroína, periodista e Insurgente María de la Soledad Leona Camila Vicario Fernández de San Salvador (sí, así de largo) nació en Toluca en 1789. Hija de padres criollos y huérfana a temprana edad quedó bajo el cuidado de su tío. Por herencia tenía un gran privilegio económico que utilizó para apoyar continuamente a los rebeldes. Leona fue una de las figuras más destacadas del movimiento de Independencia.
En 1810 comenzó su vida como revolucionaria cuando se unió al grupo “Los Guadalupes”, una sociedad secreta que ayudaba con refugio, dinero e información privilegiada a los insurgentes contra el Gobierno del Virreinato español. Fue descubierta, encarcelada y sus propiedades fueron confiscadas, pero escapó y se unió al ejército de Morelos en Oaxaca, ayudando a planear estrategias, administrando las finanzas y cuidando a heridos.
Además de apoyar económicamente la insurgencia, comenzó a trabajar como periodista desde el frente de batalla revolucionario, por lo que publicó en distintos periódicos como el Ilustrador Americano donde además aprovechaba y mandaba mensajes en clave para el movimiento insurgente. Es considerada como la primera mujer periodista de México; impulsora del feminismo y de la cultura. Se enfrentó a numerosos riesgo para difundir la ideología de los libertadores.
Los años que antecedieron a la independencia, Leona se la pasó escribiendo, huyendo de las autoridades españolas y rechazando los indultos que éstas le ofrecían si se entregaba. Escondida en diferentes lugares con su marido, apoyó el Congreso de Chilpancingo, que declaró la independencia de América Septentrional de España.
Con la llegada de la independencia el nuevo gobierno quiso compensarle la confiscación de sus bienes y le dio en 1823 una liquidación en metálico, una hacienda y tres casas.
Un dato importante es que Leona es la única mujer mexicana a la que el Estado le ha hecho un funeral, en 1842 año de su defunción.[/vc_column_text][divider line_type=»No Line»][vc_custom_heading text=»Josefa Ortiz de Domínguez» font_container=»tag:h2|text_align:left|color:%2320c57e» use_theme_fonts=»yes»][image_with_animation image_url=»6299″ alignment=»center» animation=»Fade In» border_radius=»none» box_shadow=»none» max_width=»100%»][vc_column_text]Una de las máximas heroinas mexicanas fue Josefa Ortiz de Domínguez, mejor conocida como “La Corregidora de Querétaro”, quien arriesgó su libertad por la lucha contra la opresión en la que se encontraba sometido México y cuya participación fue fundamental en la organización del movimiento de Independencia.
Nacida en Morelia, Michoacán en 1971, quedó huérfana y bajo el cuidado de su hermana ingresó al Real Colegio de San Ignacio de Loyola. A los 22 años se casó con el Licenciado Miguel Domínguez, quien por sus relaciones con los virreyes le otorgaron el nombramiento de Corregidor de Querétaro en 1801.
En 1808 el Corregidor Domínguez fue llamado por el virrey para permanecer en la Ciudad de México. Tras un intento fallido del virrey para formar una junta de gobierno independiente, Miguel Domínguez se hizo partidario de los ideales independentistas. Al volver, el corregidor le comentó lo escuchado en su estancia a Josefa. Este elemento propició las reuniones en diferentes casas, incluso en la propia para discutir nuevas ideas.
Del intercambio de ideas con personajes, como Ignacio Allende, es que nació La Conjuración o la Conspiración de Querétaro, reuniones disfrazadas de tertulias literarias, en las que Josefa destacó por su fe, entusiasmo y ansias libertarias.
La pareja formaba parte en los planes de conspiración en favor de la Independencia, pero 13 de septiembre de 1810 fueron descubiertos. Se le informó al juez eclesiástico Rafael Gil de León, que se estaba preparando una conspiración en Querétaro para proclamar la independencia de México. El juez informó al corregidor Domínguez para que interviniera en el asunto. Dominguez sabía todo y para salvaguarda a su propia familia encerró a su esposa en su habitación pero ella se las ingenio para avisar a los revolucionarios. Y fue gracias a la valiosa información de Josefa que se decidió adelantar el levantamiento a la madrugada del 16 de septiembre de 1810. Aquel aviso determinó la proclamación de la independencia.
Ella y su marido fueron detenidos el mismo día que se produjo el grito de Dolores. Josefa no tuvo tanta suerte y fue trasladada a la Ciudad de México en el año 1814 y recluida en esta ocasión en el convento de Santa Teresa.
Tras la proclamación de la Independencia, el 18 de mayo de 1822 Agustín Iturbide se proclamó emperador de México y ofreció a Josefa un puesto en su corte, para que fuera dama de honor de su esposa, Ana Duarte de Iturbide. Para Josefa esto fue del todo intolerable ya que pensaba que la constitución de un Imperio, era totalmente contraria a los ideales por los que se había luchado durante la guerra.
En los últimos años de su vida Josefa Ortiz de Domínguez estuvo relacionada con los grupos liberales de carácter radical. En todo momento se negó a recibir cualquier recompensa, por el apoyo inestimable que había prestado a la consecución de la Independencia, ya que opinaba que no había hecho más que cumplir con su deber de buena patriota. Falleció en México el 2 de marzo de 1829.[/vc_column_text][divider line_type=»No Line»][vc_custom_heading text=»María Ignacia Rodríguez de Velasco » font_container=»tag:h2|text_align:left|color:%2320c57e» use_theme_fonts=»yes»][image_with_animation image_url=»6300″ alignment=»center» animation=»Fade In» border_radius=»none» box_shadow=»none» max_width=»100%»][vc_column_text]María Ignacia Rodríguez de Velasco y Osio Bara, mejor conocida como “La Güera Rodríguez” es otra mujer decidida, irreverente y rebelde quien fue pieza clave en la Independencia de México.
Sufrió violencia familiar por parte de su entonces esposo, y logró el divorcio eclesiástico. Era una mujer ingeniosa y buena con la palabra. Aprovechando que entraba a los salones elegantes, escuchaba información valiosa para ayudar al movimiento independentista y enviaba noticias de las estrategias que iba a efectuar el ejército realista. Fue una mujer decidida y partidaria de la Independencia.
Hablaba a favor de los Insurgentes en los grandes salones, cosa que llegó a oídos del Santo Oficio y fue llevada ante él. Entró con la mayor seguridad y dignidad y de la misma manera salió. El Santo Oficio jamás volvió a molestarla.
Esta mujer fue de las que más influyó en los hechos históricos de México. Su historia está bordada de múltiples mitos y su nombre ha sido recordado a través de los años. Fue la primera mujer en México que, sin ser electa, ejerció poder político como consejera de Iturbide.
La participación de María Ignacia Rodríguez en la consumación de la Independencia de México ha sido un tema muy polémico. Según algunas fuentes apoyó a Agustín de Iturbide a que llevara a cabo el plan de libertad nacional del pueblo mexicano.
Su trabajo no únicamente estuvo relacionado con la Independencia y el apoyo a los insurgentes, sino también por ser transgresora al deber femenino.[/vc_column_text][divider line_type=»No Line»][vc_custom_heading text=»Gertudris Bocanegra» font_container=»tag:h2|text_align:left|color:%2320c57e» use_theme_fonts=»yes»][image_with_animation image_url=»6302″ alignment=»center» animation=»Fade In» border_radius=»none» box_shadow=»none» max_width=»100%»][vc_column_text]Fue una mujer que participó muy activamente en la Guerra de Independencia. Hija de padre español y madre tarasca. Nació en Pátzcuaro, Michoacán en 1765.
Bocanegra, estaba interesada en los autores de ilustración por lo que al estallar la guerra de independencia, no lo pensó dos veces antes de unirse. Fue una espía y mensajera del movimiento de los insurgentes en la región de Pátzcuaro y Tacámbaro. Tuvo una gran habilidad al armar una red de comunicación entre las principales sedes de la rebelión independentista.
Después del grito de Dolores, su hijo José Manuel Nicolás y su esposo el soldado, Pedro Advíncula de la Vega, se unieron a las filas de Miguel Hidalgo y Costilla bajo las órdenes de Manuel Muñiz, donde ambos perecieron. Después de esto ella decidió entregarse totalmente a la causa de Independencia.
En la etapa de resistencia de la guerrilla insurgente, Bocanegra fue enviada a Pátzcuaro con el propósito de ayudar a la toma de la ciudad por parte de los rebeldes. Es descubierta por el enemigo; es encarcelada, torturada para delatar a los participantes. Al negarse es finalmente[/vc_column_text][divider line_type=»No Line»][vc_custom_heading text=»Rita Pérez Jiménez» font_container=»tag:h2|text_align:left|color:%2320c57e» use_theme_fonts=»yes»][image_with_animation image_url=»6301″ alignment=»center» animation=»Fade In» border_radius=»none» box_shadow=»none» max_width=»100%»][vc_column_text]María Rita de la Trinidad Pérez Jiménez nació en Cañada del Cura en 1779, mejor conocida como Rita Pérez de Moreno, fue una militante mexicana de la insurgencia durante la Guerra de Independencia de México.
Rita Pérez era hija de una familia de hacendados de Los Altos de Jalisco. Contrajo nupcias con un activista pro independencia Pedro Moreno. Se unió a la lucha independentista junto con su esposo. En el Fuerte del Sombrero, Rita se encargaba de cocinar y repartir la comida, así como de curar a todos aquellos rebeldes que resultaron lesionados en los combates hasta que fue hecha prisionera llegando a ser la administradora y un brazo fuerte de la lucha armada.
Junto con sus hijos padeció los horrores de la guerra. En 1813, su hija fue hecha prisionera; Sufrió la pena de ver morir a su hijo de quince años. Fueron tomados prisioneros durante el ataque al Fuerte del Sombrero y lograron huir . De ahí fue conducida a la cárcel de León, Guanajuato y posteriormente a Silao. Las malas condiciones carcelarias, los maltratos y la falta de alimentación llevaron a la muerte de la menor de sus hija e hijo. El 27 de octubre de 1817 durante el ataque de los realistas al rancho del Venadito, recibió la noticia de la muerte de su esposo. Finalmente en 1819 es liberada y regresa a Lagos de Moreno entre penurias a causa del acoso y el despojo de sus propiedades, donde falleció en 1861.[/vc_column_text][nectar_btn size=»medium» button_style=»regular» button_color_2=»Accent-Color» icon_family=»fontawesome» url=»http://www.luchadoras.mx/tecnolovers» text=»Regresar» icon_fontawesome=»fa fa-long-arrow-left»][/vc_column][/vc_row]