Por: Ixchel García
Las redes sociales están reconfigurando la creación de contenidos eróticos en línea, pero al mismo tiempo los amenazan. Para creadoras/es y trabajadoras/es sexuales, las redes sociales pueden ser herramientas útiles, sin embargo, también nos atrapan en frustrantes juegos del gato y el ratón, nos obligan a buscar hacks e incluso determinar que la única solución es la autocensura y/o abandonar las plataformas hegemónicas.
Si bien las trabajadoras/es sexuales y creadoras/es de contenido erótico hemos utilizado internet como herramienta para visibilizar nuestro trabajo, la gran mayoría de las plataformas digitales nos discriminan activamente a través de discursos moralistas y acciones excluyentes a base del odio que nos precarizan, ponen en riesgo y pretenden borrarnos no sólo del espacio digital. La codificación de los “valores morales y puritanos” excluye a las/es trabajadoras/es sexuales del acceso equitativo a muchas tecnologías, tanto para fines laborales como personales. Pero aún con normas y censura no sería la primera vez que nosotras/es encontramos la forma de darles la vuelta, crear y abrir camino a través de nuevas tecnologías.
Lima Bembe, educadora, actriz de porno y creadora de Sex School Hub ha cuestionado el uso de las redes sociales en varias ocasiones. Recientemente publicó en su instagram:
“las plataformas digitales nunca han sido empoderantes. Son herramientas para el trabajo. Son plataformas lucrativas y capitalistas, ansiosas por dar la bienvenida y ganar dinero con las/es trabajadoras/es sexuales mientras lo encuentren conveniente. Pero cuando sea el momento de echarnos, lo hará sin reparos. Siempre seremos explotadas/es porque las reglas comerciales del juego son putofóbicas hasta la médula”.
Imagen vía Instagram @linabembe
El 25 de agosto de este año, Only fans dijo que prohibiría el contenido sexual explícito de su plataforma, tan solo 6 días después se retractó en gran medida por la presión e incidencia de las/es trabajadoras/es sexuales y creadoras/es de contenido que se levantaron contra la decisión de la plataforma. Esto trajo a la mesa un tema importante que las/es trabajadoras/es venían advirtiendo desde tiempo atrás, y el caso de Only fans es tan solo la punta del iceberg.
Si hacemos memoria, no es la primera vez que una plataforma se torna contra las/es creadoras/es de contenido. Tumblr implementó una prohibición de la pornografía y contenido erótico en diciembre de 2018, eliminando a trabajadoras/es sexuales, artistas y educadoras/es sexuales del sitio. Patreon, un sitio de suscripción que alguna vez fue similar a OnlyFans, prohibió el contenido erótico y sexual modificando sus reglas comunitarias relacionadas a la desnudez y suspendiendo los perfiles de “creadoras/es de contenido para adultos”, en junio del 2018. El mismo año, Craigslist un espacio que fue alguna vez utilizado como herramienta segura para que las/es trabajadoras/es sexuales examinaran a sus clientes y organizaran reuniones, prohibió los anuncios personales.
A esto sumamos los casos de Instagram y Facebook que han modificado sus términos de uso en diversas ocasiones, prohibiendo desde publicaciones con solicitación sexual de cualquier tipo, jerga regional relacionada a temas sexuales, e incluso emojis, como el emoji de berenjena, que se usa para simbolizar un pene. La más reciente modificación a las normas comunitarias de ambas plataformas llegó con la eliminación de perfiles y publicaciones que no se ajustaran a su agenda.
Los cambios en las políticas de las plataformas que propician la censura, son una evidente persecución contra las/es trabajadoras/es sexuales. Estas políticas morales y discriminatorias nos perjudican a todas/es, pues suman a la brecha de acceso y bloquean el paso a cualquier persona o práctica que salga de la mirada occidental, impidiendo encontrar información contra hegemónica, porno alternativo, contenidos de educación sexual diversos, etcétera.
Colonialismo en la red y una agenda contra la sexualidad
Nos encontramos frente a barreras frustrantes impulsadas y construidas por políticas que vienen de Estados Unidos y que refuerzan los valores doble moralinos a nivel mundial.
El 11 de abril del 2018, el Congreso aprobó el proyecto de ley FOSTA/SESTA Ley de Permitir a los Estados y a las Víctimas Luchar contra la Trata de Personas en Línea, que combinó FOSTA (Fight Online Sex Trafficking Act) y SESTA (Stop Enabling Sex Traffickers Act) con la premisa de combatir la trata de personas con fines de explotación sexual y su oferta en Internet. Hasta ahí suena todo bien, claro que queremos un internet seguro, que nuestras imágenes no se compartan sin consentimiento y que podamos explorar nuestra sexualidad libres y sin violencia.
Sin embargo, esta legislación está basada en una visión del trabajo sexual como intrínsecamente explotador, en discursos que refuerzan la estigmatización del trabajo sexual y borran las experiencias vividas por las/es trabajadoras/es sexuales. Ojo aquí, porque además dicha ley está redactada a partir del supuesto de que trabajo sexual y trata de personas son exactamente lo mismo.
Se preguntaran ¿y qué pasa en internet?, pues este proyecto de ley ha ampliado la responsabilidad de las plataformas de Internet que alojan contenido generado por terceros, es decir, las plataformas son responsables de lo que publiquen sus usuarios. Si bien el proyecto de ley crea responsabilidad para esos sitios web por «facilitar deliberadamente el tráfico sexual», no hay claridad sobre lo que eso implica. Por lo tanto, cualquier sitio web en el que las personas hagamos alusión a temas relacionados a la sexualidad, desnudez y/o erotismo estaremos caminando sobre una cuerda floja. Es evidente que el proyecto de ley es vago y termina formando parte del problema pues pareciera una extensión del movimiento prohibicionista.
Imagen del performance digital por Veil machine para protestar contra el baneo en la sombra y censura algorítmica
Esta ley ha tenido efectos en las empresas de Internet, pues algunos sitios web que antes usaban las personas para publicitar, seleccionar clientes, compartir información sobre salud y la seguridad en el lugar de trabajo, han cerrado por completo. Las redes sociales, los mensajes de video y otras plataformas de comunicación en línea, han cambiado sus términos de servicio excluyendo categóricamente ciertos perfiles. Esto obviamente provoca que las redes sociales y cualquier sitio web tenga que monitorear exhaustivamente el contenido de sus usuaries, y pueden censurarlo si infringe las normas sin importar el punto de conexión, ya que en su mayoría las sedes centrales se encuentran en Estados Unidos y los términos de uso aplican independientemente del país.
Las acciones tomadas por las empresas de Internet son cada vez más restrictivas con tal de evitar la responsabilidad en virtud de la nueva ley, pero aún queda mucho por aclarar debido a la falta de interpretación judicial. Lo que sí está claro es que estos cambios continuarán poniendo en riesgo a las/es trabajadoras/es sexuales, reduciendo el acceso a internet, a información de seguridad y aumentando el estigma.
Las/es trabajadoras/es sexuales han estado sufriendo los daños colaterales de empresas privadas, pues si antes la discriminación era un continuo, ahora una ley sustenta estos principios moralistas que buscan eliminar toda huella de sexualidad o que salga de la norma. Danielle Blunt y Ariel Wolf, trabajadoras sexuales, activistas e integrantes de Hacking Hustiling mencionan en la investigación Erased_Update: The Impact of FOSTA/SESTA and the Removal Backpage que “en la práctica, el impacto de las leyes contra la trata de personas es opuesto a su intención declarada (proteger a las poblaciones vulnerables). La retórica contra la trata y las tácticas policiales afecta de manera desproporcionada a las personas migrantes, las mujeres trans y las mujeres de color”.
Bloqueos financieros y precarización laboral
FOSTA/SESTA ha causado estragos en el acceso de las/es trabajadoras/es sexuales y creadoras/es de contenido erótico a las plataformas de redes sociales y aplicaciones de pago, y cabe mencionar que algunas instituciones financieras privadas también son responsables, pues su sentido del decoro se ha convertido en el límite definitorio del erotismo en línea.
¿A qué me refiero? Cuando realizas trabajo sexual por internet o vendes tu contenido en línea, tener acceso a procesadores de pago electronico es vital. Sin embargo, compañías como PayPal y Venmo les están excluyendo, poniendo en riesgo sus medios de subsistencia. Mastercard Inc. declaró el 14 de agosto del 2021 que cambiaría los requisitos que establece para los bancos que procesan pagos para «vendedores de contenido para adultos», entrando en vigencia el 15 de octubre (Y se rumora que la decisión de Onlyfans fue debido a esto).
Las políticas que criminalizan y estigmatizan el trabajo sexual y la creación de contenido erótico, colocan a las personas involucradas en una situación de censura financiera que se suma a la falta de responsabilidad por parte de las plataformas tecnológicas.
Plataformas como PayPal, Venmo y de empresas como Mastercard que deberían ofrecer sus servicios a todas las personas usuarias sin discriminación, no lo están haciendo, al contrario, esta congelación selectiva de cuentas sin previo aviso es extremadamente dañina para las/es trabajadoras/es que dependen de esos ingresos, y por ende, precariza y pone en riesgo la vida de las personas.
Imagen vía giphy
De acuerdo a Posting into the void otra investigación de la colectiva Hacking/hustling, “la pérdida de acceso a las tecnologías financieras reduce la capacidad de una persona para ganarse la vida e interrumpe el trabajo de movimiento y los esfuerzos de ayuda mutua. En esta investigación indican que “el 66,13% de las trabajadoras sexuales que habían sido desvinculadas de una tecnología financiera informaron que afectó su capacidad para realizar trabajo sexual y 36,67% informaron que afectó su capacidad para realizar trabajos de movimiento u organización comunitaria”.
Ante la censura, nuevos espacios
Las plataformas y tecnologías son usadas para trabajar de manera más segura, construir comunidad y generar ingresos, pero cuando estas plataformas se vuelven inutilizables exacerban las desigualdades, aíslan a las comunidades, disminuyen la capacidad de generar y redistribuir dinero y recrudecen la violencia. Prohibir a las/es trabajadoras/es sexuales el uso de las tecnologías financieras y las redes sociales, es también una forma de violencia estructural. Finalmente, las prácticas de las plataformas reflejan sesgos pues cualquier ley o práctica de moderación de contenido que obstaculice el acceso de una persona a la tecnología y los recursos, solo agravará el daño. Es por eso que tenemos que cuestionar y señalar a estas compañías, gobiernos y plataformas.
La tecnología no es neutral, es política e impacta en los derechos humanos en una variedad de formas interconectadas, y por eso es importante cuestionarla. Coyote Cass, creadora de contenido erótico en internet hizo una tabla comparativa de las alternativas a Only fans, para que puedas analizar y determinar que es más conveniente para ti. Puedes checar las actualización en el siguiente Cyptpad: https://cryptpad.fr/sheet/#/2/sheet/view/t0QuUHWhIpixeEpYA7tu2YEvz4Bm434OTxTtCUaTVP8/. Pero aún con esto las dudas de si estás plataformas tienen el mejor interés en sus usuarios se mantiene.
Esto no significa que no existan salidas o que no vamos a seguir utilizando las tecnologías para generar ingresos y visibilizar nuestros contenidos. Como bien dijo el colectivo Hacking Hustle durante las conferencias Train, texts and tits: sex work, technology and movement “Si la necesidad es la madre de la invención, esa mamá era claramente una estafadora. Las/es trabajadoras/es sexuales han sido algunæs de las/es mayores innovadoræs en las posibilidades de aprovechar la tecnología y hacer deseables espacios nuevos. Si bien la criminalización del trabajo sexual en internet se ha intesificado en los últimos años, nuevos espacios se seguirán creando”.
Cansades de la censura, el acoso y violencia sistemática que las plataformas replican Lips Zine, que originalmente comenzó como un fanzine impreso se trasladó a internet. Esta red social nos recuerda a Tumblr antes de la censura y es una opción para toda aquella persona que no necesariamente busque monetizar su contenido pero sí crear, publicar y celebrar su erotismo y sexualidad sin temor de ser eliminada/e.
Ahora si lo que buscas es generar ingresos existe Peep.me que actualmente está en proceso de lanzamiento y es una plataforma cooperativa, pensada y construida por trabajadoras/es sexuales y activistas. Esta plataforma plantea su diseño algorítmico con enfoque interseccional y anti racista, lo que atiende al problema de discriminación algoritmica en otros espacios virtuales. Actualmente están haciendo juntas mensuales ya que para ellas el principio de plataforma cooperativa es la respuesta ante un mundo capitalista.