Recién comenzó un nuevo año, muchos y diversos son los temas que los movimientos feministas desean ver en las agendas nacionales e internacionales. El derecho a elegir sobre nuestros cuerpos, a una vida digna y libre de violencia, la eliminación de la brecha salarial, la erradicación de los ataques contra activistas, defensoras y periodistas, son algunos de los más apremiantes. En México las exigencias de los movimientos #FeminicidioEmergenciaNacional y #NiUnaMenos siguen siendo una necesidad de primer orden.
A 70 años de la Declaración Universal de Derechos Humanos de la ONU, Amnistía Internacional publicó el informe Derechos Hoy en el que se analizan los momentos decisivos y los movimientos que impulsaron cambios durante 2018. La publicación que a nivel global las mujeres encabezaron muchas luchas en materia de derechos humanos, muchas de ellas denuncias contra las políticas misóginas, xenófobas y homófobas que buscan cercenar la libertad y la dignidad de la personas en gran parte del mundo.
“2018 pasó a la historia como el año en el que las mujeres tomaron las calles para exigir justicia, igualdad y derechos”.
En 2015, a raíz de la indignación provocada por el incremento de asesinatos violentos de mujeres, en Argentina surgió el movimiento latinoamericano Ni Una Menos,que se ha convertido en un hito de la lucha contra la violencia feminicida y el acceso a la justicia. Millones de mujeres en México, Perú, Uruguay, Chile, India, y Sudáfrica tomaron las calles para denunciar la violencia a la que se enfrentan dentro y fuera de los hogares. El 25 de noviembre de 2018, Día Internacional de la Eliminación de Violencia Contra Mujer, Ni una menos fue una de las consignas más vitoreadas en múltiples países del mundo.
El movimiento #MeToo surgió como denuncia pública de las agresiones sexuales, abuso, explotación y violencia que impera en la industria del cine de Hollywood, no obstante, en poco tiempo se convirtió en una campaña que adquirió gran relevancia y que logró evidenciar las prácticas de abuso y discriminación en distintos ámbitos y latitudes de Asia, Europa y más recientemente América Latina. El hasgtag #MeToo ganó los primeros lugares en las tendencias de Twitter y durante semanas figuró en las primeras planas a nivel global. El #YoTambién se convirtió en fuente de solidaridad y apoyo entre mujeres alrededor del mundo y se hizo evidente con el impacto de la convocatoria por la Huelga Feminista en 2018 y la multitudinaria manifestación del 8-M del mismo año, a la cual se adhirieron mujeres de más de 70 países.
Las mujeres han estado en las trincheras de lucha de todo el mundo, sus voces han inundado las calles y el internet a lo largo y ancho del planeta.
El 40% de las mujeres en edad reproductiva vive en países en los que el aborto sigue siendo un delito. El Salvador es una de las seis naciones de América Latina y el Caribe donde el aborto está prohibido bajo cualquier circunstancia, incluso cuando el embarazo es producto de una violación. En Argentina el Senado votó por un estrecho margen en contra del proyecto de ley que legalizaba el aborto libre en las primeras 14 semanas de embarazo. En EE. UU. y Polonia la reticencia sobre este tema es rampante. La escalada de políticas que atentan contra los derechos de las mujeres ha exigido que el movimiento feminista se ponga al frente de la discusión. La Marea Verde inundó las redes sociales y las calles de Argentina, Polonia, Irlanda, España, México, con un objetivo común: el respeto de nuestros derechos sexuales y reproductivos.
Asimismo, las mujeres de Arabia Saudí desafiaron la prohibición para conducir autos y el uso obligatorio de hiyab. En América Latina, mujeres abanderaron las luchas por la defensa del territorio y la tierra, en particular los que pertenecen a los pueblos indígenas y afrodescendientes de Paraguay, Chile, Colombia, Honduras y Ecuador.
No sólo se necesita reconocer el auge del activismo sino también la otra cara de la moneda, las razones por las cuales la lucha se ha convertido en parte esencial de la vida de las nuevas generaciones, los golpes a los derechos humanos, la represión y el sometimiento están a la orden del día, a pesar de ello, ahora y más que nunca, está claro que la resistencia y el poder del feminismo seguirá impregnando cada uno de los espacios este 2019.