MOCIBA 2020, un análisis feminista del ciberacoso en México

Ago 9, 2021

Por: Luchadoras

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) hizo pública la quinta edición del Módulo sobre ciberacoso (MOCIBA), la única encuesta a nivel nacional que busca recabar información sobre el uso e impactos de las tecnologías en la población mexicana. En Luchadoras consideramos que se trata de una fuente estadística de gran importancia que nos permite contar con datos poblacionales sobre cómo afecta la tecnología nuestras vidas. 

En esta ocasión el INEGI recopiló información como las acciones tomadas y los efectos a causa de las agresiones. Claro que en un contexto generalizado de violencia contra las mujeres y niñas ¡tenemos que hablar de la violencia digital! Por eso estos datos son relevantes, pues nos permiten hacer el ejercicio de profundizar en los efectos del ciberacoso. Recordemos que lo virtual es real y tiene impactos y consecuencias. Desde el equipo de Internet feminista analizamos los resultado y te compartimos 5 hallazgos.

1.- Las mujeres vivimos más violencia en Internet

La violencia digital no es algo nuevo, se trata de la misma violencia machista, sistémica e histórica a la que nos enfrentamos las mujeres, pero presentada a través de nuevos medios tecnológicos. De acuerdo a los datos de la MOCIBA, de los 16.1 millones de personas usuarias de internet que experimentó ciberacoso en los últimos 12 meses en México, 9.0 millones son mujeres (22.5%), dos millones más que hombres, 7.1 millones (19.3%).

2.- Las mujeres jóvenes (entre 12 y 29 años) viven más ciberacoso

En todos los rangos de edad, las mujeres reportaron más ciberacoso que los varones, particularmente en los rangos de edad más jóvenes, de 12 y 19 años (29.2%), y de 20 a 20 años (29%), con una diferencia de entre 6 y 7 puntos porcentuales que los varones de su misma edad.  

En el año 2020 es importante considerar el contexto de pandemia, que motivó al cierre masivo de espacios públicos, escuelas y lugares de trabajo; propiciando un aumento exponencial del uso de tecnologías por parte tanto para la educación, la organización laboral y los espacios de reunión y esparcimiento. 

Esta tendencia coincide con los hallazgos del reporte de Chidas en línea, la primera investigación en México sobre violencia digital enfocada en adolescentes (12 a 17 años), que encontró que el 64% de 257 participantes de la encuesta ha vivido alguna forma de violencia digital, siendo las más reconocidas el acoso, mensajes discriminatorios, campañas de desprestigio, amenazas y acceso no autorizado.

3.- La violencia sexual digital afecta más a las mujeres

La sexualidad, el cuerpo y la apariencia física son constantemente el centro de ataques contra las mujeres en Internet, la violencia que vivimos en el ciberespacio es deliberadamente machista. De todas las agresiones investigadas por la MOCIBA, la que más afectó a las mujeres son las insinuaciones o propuestas sexuales no deseadas, que el 35.9% de las encuestadas reportó haber enfrentado. En el caso de los hombres, el ataque más reportado fue el contacto mediante identidades falsas (37.1%). 

La violencia sexual digital afecta más a mujeres que a hombres, estadísticamente el doble de mujeres reporta haber sido víctima de este tipo de ciberacoso, ya sea al recibir contenido sexual no deseado o a través de las insinuaciones o propuestas sexuales a través de Internet.

La violencia sexual contra las mujeres es a menudo el resultado de desigualdades desiguales de poder y de control social que se ejerce sobre los cuerpos de las mujeres. La sexualidad de las mujeres está al centro de los cuestionamientos de la cultura machista en México, y esta tendencia se replica en Internet.

Otro hallazgo que puede revelar una diferencia de género se encuentra en relación a las agresiones relacionadas a las críticas por apariencia o clase social donde más mujeres (16.4%) vivieron este tipo de agresiones, a diferencia de los hombres (14.6%)

Nos parece importante mencionar este punto pues se trata de agresiones que usualmente hacen alusión al comportamiento que debe tener una mujer en el sistema dominante de género, refiriéndose a los roles socialmente asignados, considerados adecuados o relacionados a la apariencia física que no se ajusta a la expectativa social de feminidad o estereotipos de belleza. 

4.- Mujeres bajo vigilancia: el rastreo de cuentas y/o sitios web

Una de las tendencias nuevas de ataque contra las mujeres más preocupantes que revela la MOCIBA este año es el rastreo de cuentas o sitios web, que reportan más las mujeres (17.3%) respecto los hombres (15.4%). 

Además, no solamente más mujeres han vivido esta forma de vigilancia, sino que es la agresión que las mujeres han vivido más frecuentemente (21.2%), a diferencia de otras agresiones que experimentaron una vez o pocas veces. 

Este tipo de agresión normalmente se realiza por programas espías los cuales pueden ser adquiridos por cualquier persona. Este tipo de aplicaciones que originalmente fueron concebidos como software para el control parental o una solución antirobo a los teléfonos celulares, hoy también son usados por ejemplo, por parejas o exparejas para vigilar, acosar o ejercer el control sobre las mujeres. 

De acuerdo a la Coalición contra el Stalkerware este tipo de software invasivo son todas aquellas “herramientas, programas de software, aplicaciones y dispositivos que permiten que una persona pueda espiar inadvertidamente la vida privada de otra persona por medio de su dispositivo móvil”. En su informe 2020 esta coalición concluyó que México se encuentra en el quinto lugar mundial que hacen más uso de este software de vigilancia. 

Este tipo de aplicación permite rastrear la ubicación de la víctima, leer mensajes en aplicaciones de mensajería y redes sociales, ver fotos, videos y otros archivos en el dispositivo, escuchar llamadas telefónicas e incluso ver todo lo que se escribe en el teclado. Esto implica peligro para las víctimas que se enfrentan a estas acciones. 

La Coalición contra Stalkerware advierte de que este software “puede facilitar el control, acoso, abuso y violencia en la pareja” es decir normalmente se utiliza por personas conocidas para espiar sin consentimiento. 

5.- La masculinidad tóxica y el ciberacoso

Otro nuevo hallazgo revelador que nos ofrece la MOCIBA este tiene que ver con quiénes son los principales agresores en Internet: los hombres. 

Según la encuesta la mayor parte de las mujeres y los hombres que han vivido ciberacoso identifican que el sexo del ciberacosador es masculino. Es decir, el 59.4% de los agresores de los hombres son hombres, y el 53.3% de los agresores de las mujeres son hombres también. Esto quiere decir que la violencia que se vive en Internet es provocada principalmente por hombres. 

Sin duda, el ciberacoso tiene que ser examinado desde una perspectiva de género. Como revelan los resultados de la MOCIBA este año las agresiones digitales que viven las mujeres son una extensión de la violencia machista y el sistema patriarcal al que nos enfrentamos en las calles.

El acoso sucede en las calles y en las plataformas digitales, sus patrones están relacionados con la masculinidad hegemónica que en términos concretos se traduce por ejemplo, en relaciones afectivas violentas, controladoras, hiper vigilantes hacia las mujeres; y también en una actitud de constante desafío, competencia y violencia entre los varones. 

Aunque tanto hombres como mujeres sufren acoso en línea en México, la forma en que reaccionamos ante la violencia también es diferente. De manera generalizada los varones toman menos acciones sobre la violencia digital que viven en comparación con las mujeres. Por un lado las mujeres bloquean al agresor, eliminan la publicación, cambian su contraseña, denuncian o informan a otras personas en mayor proporción que los hombres. En contraste los hombres optan más por ignorar la agresión o por hablar directamente con quien los ciberacosa.

 Para entender y combatir la violencia digital el primer paso es la recolección de información, por eso la MOCIBA es una herramienta muy importante para pensar en estrategias contra el ciberacoso en México. Desde nuestra perspectiva en Luchadoras esos datos reflejan una problemática de género que sin duda aún es necesario profundizar y atender. Estas son nuestras conclusiones después de analizar esta importante encuesta desde una perspectiva feminista.

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