Por: Ixchel García y Alicia Reynoso
Durante 12 años, Twitter se ha presentado como un espacio para conversar, establecer conexiones y debates, pero también para discriminar y violentar. Actualmente, Twitter es una de las plataformas más utilizadas para la comunicación en línea en el que con tan solo 280 caracteres podemos insertar nuestra opinión sobre casi cualquier tema.
Dado el ritmo y naturaleza de Twitter, la posibilidad de que cualquiera puede seguirte y reaccionar al minuto, así como la capacidad de las personas usuarias para retuitear a personas conocidas y desconocidas, convierten a la plataforma en un extraño campo de batalla. Seguramente te ha pasado que sales un momento de Twitter y cuando entras ya hay un conflicto explotando. En ocasiones se siente como desplazarse a través de la cabeza de otra persona donde hay una corriente de pensamientos que se escapan y desatan a gran velocidad.
Un ejemplo de esto fueron las olimpiadas de Tokio 2021 que sucedieron hace unos meses donde, gracias a las redes sociales, en cuestión de minutos el mensaje de que los uniformes de algunas jugadoras de softball habían sido tirados a la basura, desencadenó la ira acompañada de machismo y xenofobia por parte de varias personas usuarias de Twitter.
Retuit vs like ¿qué implica?
En las redes constantemente performamos nuestra identidad, lo que escribimos y publicamos son nuestras opiniones pero también una curaduría de qué queremos mostrar. En el caso de Twitter, la forma en que una persona se inserta en ciertos discursos ya sea por tuits, likes o retuits, afecta radicalmente la identidad del ser.
Utilizando las teorías de la identidad performativa de Judith Butler argumentamos que el uso de redes sociales son actos performativos en sí mismos. Es decir, los perfiles, muros, selecciones de gustos y/o biografías, se presentan como herramientas para realizar, desarrollar y estabilizar la identidad como narrativa en línea con las demandas culturales, sociales, políticas y de reconocimiento. Las actuaciones de identidad que ocurren a través de la relación entre amigos, seguidores y/o personas usuarias en línea a partir de la comunicación, los likes y retuits, reconfiguran la identidad dentro de una morfología digital.
La identidad como performance se considera parte del flujo de la interacción social a medida que se ajustan a su medio y desde ahí se construyen. Con una mayor autoconciencia, los entornos en línea llevan esta construcción performativa a otro nivel pues las plataformas proporcionan áreas incorpóreas, mediadas y controlables a través de las cuales se pueden mostrar actuaciones alternativas.
Las métricas de Twitter en cuanto a número de likes y retuits, dicen mucho sobre el compromiso con les seguidores y la performatividad digital que desean mostrar. Por ejemplo, durante lo sucedido en los Juegos Olímpicos y el uso de #pochas, este hashtag se retuiteó menos ya que las implicaciones de suscribir en la cuenta personal a tuits en ese tono, se identifica como políticamente incorrecto, discriminatorio y xenófobo. En este caso hay más número de favoritos que se relacionan al hashtag. Mientras el alcance de #softballmexico animaba la conversación por igual en retuits y likes.
Aunque tanto los favoritos como los retweets reflejan el apoyo de un discurso, sólo los retweets pueden actuar como una plataforma para distribuir más contenido. Al retuitear, las personas usuarias esencialmente respaldan el contenido para todos sus seguidores y, por lo tanto, tienden a gravitar hacia la imagen que desean proyectar, una idea que apoyan y se mantiene en su perfil.
Análisis de la conversación
@Signa_Lab ITESO, laboratorio de investigación multidisciplinaria para el análisis de datos, nos apoyó con sus herramientas de recolección de big data para realizar un análisis del uso de los hashtags #pochas y #softballmexico.
De los 35 tuits más retuiteados, es decir, que tuvieron más amplificación en la conversación alrededor de #softballmexico, encontramos lo siguiente:
- En el caso de #softballmexico el nacionalismo tiene mucho más peso. Sabemos que los juegos olímpicos están atravesados por intereses económicos y políticos donde hay constantes demostraciones de poder. Así que el # asociado íntimamente al deporte en sí, justamente tiene que ver con la expectativa de cómo representan las atletas al país.
- Las expresiones discriminatorias y la culpa también empapan la conversación alrededor de este hashtag.
- Se identifican contranarrativas que desafían la lógica punitivista y de expresiones discriminatorias que empapan la conversación. Son tuits desde miradas críticas, de cuestionamiento a la polarización en Twitter y de apoyo o acuerpamiento a las jugadoras.
En el caso de #pochas los tuits favoritos nos permiten identificar algunos tintes dentro de la conversación y encontramos que:
- Incentivar una sensación de culpa y las expresiones discriminatorias tuvieron más presencia en los comentarios de las personas usuarias. Además los tuits que tuvieron más alcance fueron realizados y replicados por hombres.
- Hay un contrapeso importante en cuanto a comentarios que acuerpan desde otro sentido la conversación. Son comentarios con un tinte más crítico que cuestionan el porqué del odio dirigido hacia las atletas.
- En este hashtag en particular, hay una serie de expresiones que tienden a atacar a las atletas por no ser lo suficientemente mexicanas o por no poner el nombre de la delegación en alto en los olímpicos, aludiendo al nacionalismo o patriotismo atravesado, claro, por xenofobia y racismo.
Expresiones discriminatorias
Twitter puede ser una herramienta poderosa para que establezcamos conexiones y potenciemos acciones, movimientos y discursos. Pero al igual que en las calles, es también un espacio donde se recrudece la violencia y el abuso. En el espacio digital esta violencia sistémica, histórica, racista y machista se potencia y genera a través de tuits, hashtags, memes, etc.
El análisis de la conversación nos permite conocer que las expresiones discriminatorias fueron un discurso utilizado tanto en el caso del #pochas y #softball. De acuerdo a la tipología de las 13 formas de agresión a través de las tecnologías creada por Luchadoras, SocialTIC y la Asociación para el progreso de las comunicaciones (APC), las expresiones discriminatorias son discursos que reflejan patrones culturales machistas basados en roles tradicionales. En ambos casos fue a través de comentarios, memes y fotografías que se señalaba al equipo de softball como delincuentes, “malas mujeres”, “no suficientemente mexicanas” y “malas atletas”, usando palabras como pochitas, basura de EUA e imágenes que plasmaban la expresión de descontento de algunas personas usuarias en tono de burla y discriminación.
El nacionalismo tóxico y exacerbado que se reflejó en discursos xenófobos y violentos llevó incluso a que varias jugadoras del equipo de softball renunciaran. En su cuenta de instagram la jugadora Danielle O’Toole escribió que tras la cantidad de comentarios de odio y amenazas, este sería su último partido para la selección mexicana, anunciando su salida del equipo y sumándose a Anissa Urte.
Culpa, castigo y punitivismo en redes
Sabemos que las redes sociales se han vuelto espacios donde todes manifestamos nuestras preocupaciones colectivas, compartimos nuestras ideas y también se han vuelto herramientas importantes para la denuncia pública. Pero a la vez, son espacios sumamente polarizantes donde constantemente nos desgasta interactuar con comentarios de odio que humillan, descalifican e invalidan a otres o a nosotras mismas.
Y así, las redes se utilizan también para castigar, culpar y señalar masiva, pública y discursivamente a quienes la coyuntura del momento tenga en el centro de la discusión. Durante lo sucedido en los Juegos Olímpicos, las jugadoras del equipo de softball recibieron una serie de comentarios donde además de ser expresiones empapadas de machismo y sexismo, se opinaba sobre cómo deberían de ser sancionadas y qué escarmientos merecían por los hechos, como si se tratara de un juicio ante un crimen.
Razita subanse...Vamos a putear a las pochas de softbol a sus redes sociales pic.twitter.com/UBQwpSGHAw
— Maestre de le CNTE (@MasterOfTheCNTE) July 29, 2021
Observamos que muchos de los comentarios están direccionados a atacar el trabajo de las atletas, a minimizar su participación en los juegos y a impulsar discursos de competencia entre mujeres, alimentando la idea patriarcal de que las mujeres somos rivales. Insistimos en que es notable que la violencia machista atraviesa la conversación al incitar incluso a agresiones físicas, siendo una respuesta desproporcionada e injustificada frente a los sucesos.
Sería importante preguntarnos las implicaciones de que eso sea lo que se ponga al centro, el castigo y no la crítica más amplia que además, no afecte la vida y salud mental de las personas que se vuelven objeto de los ataques. La humillación, la burla y el odio ¿son necesarios para el diálogo? ¿Cómo podemos utilizar el potencial de las redes para construir nuevas narrativas sin una mirada punitivista?
Acuerpamiento digital de las morras para las morras
A través de un hashtag hemos colocado en la mirada pública asuntos de forma distinta en términos de velocidad y alcance. Como resultado ante las interacciones que a veces vuelven a twitter un ambiente hostil y de afrontamiento, acompañarnos y tornar la conversación a temas relevantes o no tan visibles, es una estrategia de resistencia y contranarrativa.
¿En qué mundo está bien criticar al equipo femenil de sóftbol mexicano por tirar uniformes, con insultos racistas (pochas, espalda-mojadas, etc) y expresiones ultra-nacionalistas (vende patrias)? Qué horror, bájenle.
— Denisse (@DenisseQ00) July 29, 2021
Así como necesitamos de la colectividad y cuidados comunitarios para sostener las dinámicas sociales en el mundo offline, el contrapeso que se hace desde las redes para respaldar a otras es clave para que internet siga siendo un espacio que podamos habitar.
Las morras y disidencias hemos ocupado y ganado terreno en internet a través de posicionar otros discursos, otras formas de comunicarnos, de compartir, entender y dialogar información, así como de hacer redes. Poner el cuerpo digital para cuidar de otras en línea, es también un acto revolucionario.