[vc_row type=»in_container» full_screen_row_position=»middle» scene_position=»center» text_color=»dark» text_align=»left» overlay_strength=»0.3″ shape_divider_position=»bottom» bg_image_animation=»none»][vc_column column_padding=»no-extra-padding» column_padding_position=»all» background_color_opacity=»1″ background_hover_color_opacity=»1″ column_link_target=»_self» column_shadow=»none» column_border_radius=»none» width=»1/1″ tablet_width_inherit=»default» tablet_text_alignment=»default» phone_text_alignment=»default» column_border_width=»none» column_border_style=»solid» bg_image_animation=»none»][vc_video link=»https://youtu.be/TBWvY2SF0jw»][vc_column_text]El 3 de mayo de 2017 Lesvy Berlín Osorio fue asesinada en la UNAM. Ella era parte de la comunidad universitaria, integrante de la estudiantina femenil de la Universidad y graduada de la Prepa 2. Seguía preparándose para estudiar una carrera en Ciudad Universitaria.
Lesvy no fue libre de la culpabilización contra las mujeres ya sistemática de la procuración de justicia en México. Desde el primer día la Procuraduría de Justicia de la Ciudad de México ha exhibido información sobre su vida con el fin de elaborar un juicio moral en su contra para justificar su asesinato.
Pero la defensa pública de Lesvy por parte de miles de mujeres ha revertido los intentos de desacreditación del sistema. Primero, a través de redes sociales con el hashtag #SiMeMatan, en el que compartían datos de su vida personal como si fueran twits tergiversados por la PGJ. Después, en las calles, a través de una protesta multitudinaria en la UNAM que convocaron mujeres universitarias organizadas.
Con invocaciones que clamaban ¡Lesvy Osorio, presente, ahora y siempre! y ¡No fue suicidio, fue feminicidio! miles de estudiantes recorrieron diferentes facultades de la UNAM. Los gritos y tambores que gritaban por justicia se escucharon en pasillos, escaleras y explanadas hasta llegar a la Facultad de Ingeniería, donde de pronto reinó el silencio.
[/vc_column_text][image_with_animation image_url=»7415″ alignment=»center» animation=»Fade In» border_radius=»none» box_shadow=»none» max_width=»100%»][vc_column_text]Alrededor de la caseta de teléfono donde asesinaron a Lesvy se levantó una ofrenda, rodeada de flores, velas, mensajes en barquitos de papel y una foto. En medio del silencio estudiantes de la UNAM tomaron el micrófono :
“Seca tus mejillas y escucha, levanta tu rostro, no hay justicia que no hagas por ti misma, es mejor que comiences a prepararte, aquí estamos nosotras, clandestinas, silenciadas, soterradas, sin embargo, estamos inventando cómo descorrer el cerrojo, afilando las lanzas, aprendiendo a tirar piedras en sus cabezas, a patear genitales. ¡Ármate mujer, es preciso estar lista para la revuelta!”
Luchadoras, La Sandía Digital y Subversiones hablamos con mujeres durante la marcha. Todas nos dieron un mensaje claro: el asesinato de Lesvy es parte de una violencia estructural que puede afectar a cualquiera de ellas y lleva manifestándose en la UNAM de diferentes maneras, sin que exista una respuesta para castigar a los responsables y hacer que la violencia pare.[/vc_column_text][image_with_animation image_url=»7416″ alignment=»center» animation=»Fade In» border_radius=»none» box_shadow=»none» max_width=»100%»][vc_column_text]“No es la primera vez que suceden cosas de este tipo en la UNAM, donde han puesto pancartitas en las que dicen que aquí luchan contra la violencia de género, pero en la vía de los hechos defienden a Perello”
“Este es un mensaje político para las estudiantes de este campus: -Vamos a asesinarlas, a matarlas, donde sea, donde estudian, donde viven-”
“Al hacer caso omiso a las denuncias de acoso, de abuso, de las mujeres que han desaparecido de la Biblioteca Central, no apoyar a las familias con los videos, minimizar los acosos de profesores y académicos allanó el camino. Te diría directamente UNAM, eres cómplice de este feminicidio”[/vc_column_text][image_with_animation image_url=»7417″ alignment=»» animation=»Fade In» border_radius=»none» box_shadow=»none» max_width=»100%»][vc_column_text]La marcha concluyó en Rectoría, con una clausura simbólica y en un círculo, con un altavoz Araceli Osorio, madre de Lesvy, fuerte y digna por primera vez y en medio de las olas de desinformación nos compartió más sobre ella, reivindicó su derecho a divertirse y a decidir de manera autónoma sobre su propia vida. Ser una mujer libre no debe ser un factor de riesgo de muerte en México.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]