Vídeo: Fernanda Muñoz
En nuestra entrega de Genias de este mes, Mayté Valencia periodista cultural y crítica teatral nos presenta a una genia que nos enseña que la Revolución también se baila, se goza y se comparte: Mariana Arteaga
Mariana es una coreógrafa que rompe con la idea de que en la danza sólo pueden participar cierto tipo de corporalidades (esbeltas, disciplinadas,entrenadas) y que nos invita a repensar el arte como un ejercicio de goce, co-creación, reflexión, diálogo, y sobre todo de construcción de comunidad.
Egresada de la carrera de Comunicación Social de la Universidad Autónoma Metropolitana, Arteaga es directora artística, coreógrafa, performer. Su apuesta político artística gira en torno a las artes vivas.
Para entender qué son las artes vivas debemos pensar y re-pensar al cuerpo y todo lo que se relaciona con él: fuerza, movimientos, formas, amplitud, individualidad, relaciones, efectos, repliegue, silencio, invisibilidad y visibilidad, y sobre todo su colectividad. A todo ello, quienes se dedican a las artes vivas, las nombran como acontecimientos del movimiento.
También debemos decir que las artes vivas, a diferencia de expresiones como el dibujo, la pintura o la arquitectura, suceden en un tiempo y un espacio, es decir, son efímeras y al centro de ellas está un cuerpo o un cuerpo colectivo (ese organismo conformado por distintas corporalidades). La danza, el teatro y el clown, son ejemplos de artes vivas.
En los últimos años el trabajo creativo y artístico de Mariana ha explorado las posibilidades entre ciudadanía, espacio público y coreografía. Su obra Úumbal: coreografía nómada para habitantes, es una invitación constante a repensar nuestro andar por la ciudad en solitario y en colectivo.
Úumbal detona nuevas formas de pensar el espacio público; la ciudad como un escenario a habitar; repensar y sentir nuestro andar como ciudadanas y ciudadanos; ser conscientes de la movilidad e inmovilidad de nuestros cuerpos en las calles, las plazas, los parques.
Úumbal muestra que las artes vivas no sólo pueden ser ejecutadas por bailarines con carreras artísticas. Para esta obra, Mariana formó un gran cuerpo colectivo para andar la ciudad, ese cuerpo tomó formas, alturas, edades e identidades distintas. Cerca de 60 personas entre 14 y 60 años de edad donaron sus mejores pasos de baile y llevaron esta coreografía por las calles del barrio Santa María la Ribera y otra zona aledaña al Museo Universitario del Chopo.
Mayté fue editora de la sección de teatro de la revista cultural la Ciudad de Frente, parte de su trabajo se puede encontrar en revistas como La tempestad, Paso de Gato y Mas por Mas.