Sayak Valencia es una filósofa, poeta, ensayista y performer oriunda de Tijuana, Baja California, a ella le gusta pensar la filosofía como algo que está en todos los espacios y puede convivir con otros lenguajes, como el de la poesía, para crear herramientas de pensamiento y resistencia. Como artista de performance habita el espacio público para cuestionar los patrones de “normalidad” mediante un cuerpo queer.
Para terminar el año tuvimos la fortuna de contar con su presencia en ¡Genias!
Actualmente, Sayak coordina los programas de Maestría y Doctorado en Estudios Culturales en El Colegio de la Frontera Norte, pero desde hace ya varios años piensa la poesía y el performance como “una contraofensiva discursiva” desde la cual se pueden romper las fronteras y normas que impone sobre nuestros cuerpos y sexualidad el sistema heteropatriarcal, y que se expresan en violencia, prohibiciones, discriminación o desigualdad.
Nuestra genia del mes también se piensa como “hija de la frontera”, especialmente de ese territorio comprendido entre Tijuana (México) y San Diego (Estados Unidos), por ello, junto con otras compañeras fundó el Interdisciplinario La Línea, un grupo feminista que desde 2002 y a través de producciones escritas, teóricas, poéticas, audiovisuales, editoriales y performáticas, cuestiona este territorio fronterizo.
En 2010, Sayak publicó el libro Capitalismo Gore, para este ensayo se valió del género cinematográfico gore para exponer las contradicciones del proyecto neoliberal, explica cómo el derramamiento de sangre y desmembramiento de cuerpos resultado de la extrema violencia que ha dejado a su paso la guerra contra el narcotráfico y crimen organizado, es una mercancía rentable para los medios y para la estructura económica que sustenta tanto al capitalismo como a la violencia.
VIVIR LA FRONTERA / SER FRONTERA
La propuesta teórica y poética de Sayak está atravesada por su experiencia fronteriza, pues esto le ha permitido desarrollar un pensamiento y postura que no coincide con los discursos dominantes y le ha posibilitado la invención de nuevos lenguajes.
Siendo una “hija de la frontera” Sayak identifica en la escuela de pensamiento de las feministas chicanas una de sus mayores influencias, especialmente en el pensamiento de Gloria Anzaldúa y Cherrie Moraga quienes no sólo crearon categorías críticas desde su experiencia si no que además hicieron política con poesía.
Dentro de esas mujeres excepcionales, Sayak nos recomendó a la filósofa feminista y chicana Chela Sandoval, quién se ha destacado como teórica del feminismo postcolonial y voz pionera de lo que ella define como “U.S. Third World Feminism” , una apuesta teórica que cuestiona los privilegios del feminismo de las mujeres blancas. Actualmente esta genia es profesora del departamento de Estudios Chicanos en la Universidad de California en Santa Barbara, Estados Unidos.
Una de las categorías que Sayak considera muy lucidas del trabajo de Chela es la idea de “amor decolonial”, que consiste en un amor revolucionario en donde se busquen puntos de encuentro que permitan el diálogo y conexión intercultural. Un amor que dé paso a nuevas formas de conocernos y reconocernos y que pueda enfrentar las identidades creadas por la modernidad/colonialidad.
Amor hacia otro distinto en un mundo en el que nuestros cuerpos, experiencias, sentires y saberes son segregados. Así el “amor decolonial” favorece la comunicación, la creación de puentes y hacer tejido. Es un amor revolucionario porque intenta unir lo que se ha considerado como separado. Este amor desea hacer comunidad.
Otra herramienta que desarrolla Chela es la idea de “conciencia oposicional” con la cual celebra y reconoce el legado teórico y práctico de la estrategias de resistencia, lucha y existencia que han creado las y los oprimidos para posicionarse en contra del sistema dominante, estrategias que hacen parte de un proyecto de descolonización que se puede continuar, a través de lo que ella desarrolla como “metodología de los oprimidos”.
Otra Genia de la que habló sayak es Siobhan Guerrero Mc Manus, investigadora en el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la UNAM y Profesora de la Facultad de Ciencias de la misma Universidad. Su trabajo se especializa en Filosofía de la Biología, Ciencia y Género.
Siobhan desarrolló una investigación postdoctoral en la Facultad de Ciencias acerca de la historia de la homosexualidad y las instituciones biomédicas en México. Es autora de los libros: “¿Naces o te haces? La ciencia detrás de la Homosexualidad” y “¿Tenemos derecho a un futuro? Ecocrítica y Ciencia Ficción”.
Sayak considera que una aproximación crítica como la que realiza Siobhan a la ciencia y a la forma en que el conocimiento científico violenta la diversidad de las personas y el desarrollo de la identidad y subjetividad, es una aproximación de vital urgencia en un país en el que los feminicidios y transfeminicidos se multiplican dramáticamente y hacen parte de la cotidianidad.
Propuestas como la de Siobhan, nos brindan herramientas conceptuales y analíticas para desarmar la historia que ha biologizado la discriminación y violencias, especialmente enfocada en ciertas personas que rompen con lo que se considera como “normal”, personas que son fronteras y que nos permiten vislumbrar que podemos construir otros mundos y otras maneras de conocer esos mundos.
FILÓSOFAS FEMINISTAS, PENSAMIENTOS PARA LA LIBERTAD
Para Sayak la filosofía no se trata de argumentos o de traducciones de libros de escuelas de pensamiento europeas, sino de inventar otras formas para comprender la realidad.
Filosofía, es retar los esquemas de pensamiento, cuestionar lo conocido y lo que ya está normalizado, hacer filosofía es ir en busca de nuevos lenguajes que puedan articular una libertad posible para la mayoría
A decir de Sayak, en la academia eso aún no es una realidad, la filosofía mayormente conocida y avalada sigue siendo la dictada por hombres blancos europeos que definen y normalizan la realidad desde teorías patriarcales, sexistas y racistas. Ante ello las filósofas feministas tienen un papel fundamental en dislocar estas posturas de confort en las que se ha situado el pensamiento filosófico, pues ellas articulan otros lenguajes para pensar, pero ante todo para resistir y transformar nuestra realidad.
De forma histórica el trabajo de las mujeres en la filosofía ha sido negado y en muchas ocasiones recluido al campo de la literatura, para empezar, podemos pensar en el caso de Simone de Beauvoir. Otra forma de negar su aporte es nombrarlas como “pensadoras”, por ejemplo -dijo Sayak- generalmente no se dice la filósofa Hannah Arendt, pero sí dicen el filósofo Martín Heidegger.
Más allá de compartir esas formas de invisibilización, las mujeres filósofas comparten una forma de construcción de conocimiento y es casi todas parten de una reflexión que tiene que ver con su experiencia particular en el mundo, es decir “un conocimiento situado”, concepto que viene de las filósofas chicanas y que también ha sido estudiado y difundido por Donna Haraway, filósofa estadounidense autora del “Manifiesto Cyborg”
De acuerdo con esta teoría, la construcción de conocimiento es parcial y surge de la reflexión de un cuerpo, de su experiencia y contexto específico. Pues se vuelve necesario pensar la realidad, a partir de nuestra experiencia de mujeres, como sujetos políticos e históricos relegados y es que las filósofas feministas al proponer pensamiento y lenguajes que atraviesan el cuerpo buscan transformar la realidad y nuestra existencia en ella.
En tiempos de capitalismo gore es necesario ver de qué manera el pensamiento y los lenguajes de filósofas feministas pueden acuerparnos y permitirnos hacer alianzas estratégicas, a pesar de nuestras diferencias de contextos, de historias, de cuerpos, de saberes, para imaginar un horizonte en común y transformar el hecho de que la muerte nos constituye, para evitar el hecho de que la muerte siga siendo nuestro futuro.