[vc_row type=”in_container” full_screen_row_position=”middle” scene_position=”center” text_color=”dark” text_align=”left” overlay_strength=”0.3″ shape_divider_position=”bottom” bg_image_animation=”none”][vc_column column_padding=”no-extra-padding” column_padding_position=”all” background_color_opacity=”1″ background_hover_color_opacity=”1″ column_link_target=”_self” column_shadow=”none” column_border_radius=”none” width=”1/1″ tablet_width_inherit=”default” tablet_text_alignment=”default” phone_text_alignment=”default” column_border_width=”none” column_border_style=”solid” bg_image_animation=”none”][vc_column_text][nectar_dropcap color=”#6728d3″]P[/nectar_dropcap]ara la mitología griega, Antígona, es el símbolo de la desobediencia, su figura es considerada un ejemplo de dignidad y rebeldía ante los abusos de poder y las desigualdades. Antígona Segura, es una astrobióloga e investigadora del Instituto de Ciencias Nucleares, de la Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM, que llevó la rebeldía y la fuerza al campo de la ciencia, en donde poco menos del 30% de las investigadoras (en América Latina y el Caribe) son realizadas por mujeres.
Esta #Tecnolover es nuestra genia del mes. Anti -como le decía su familia cuando era pequeña- nos dice que hay que desobedecer a esos mandatos sociales que alejan a las mujeres de la ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés), que debemos rebelarnos a la idea de pensar que la tierra es el único espacio viable para la vida, y nos invita a pensar en nuevos mundos habitables: mundos en donde los genitales no definen el destino de las personas, y en donde las mujeres puedan vivir sin ser asesinadas.[/vc_column_text][divider line_type=”No Line” custom_height=”50″][vc_column_text]
Paris Pismis, la madre de la astronomía mexicana
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Antígona estudió física en la década de los años 90, y fue la única mujer de su generación. Por eso sabe que el recorrido de las mujeres en el campo científico no es sencillo, pero también reconoce a los íconos clave para que la mirada de las mujeres exista en la diversidad de investigaciones y en la aportación de conocimiento.
En esta ocasión nos presentó el trabajo y labor de la genia Paris Pismis, a quien tuvo oportunidad de entrevistar en la licenciatura en el Instituto de Astronomía de la UNAM. “Una mujer delgadita, de mi estatura, ya grande, como de unos 80 años. Ella subía las escaleras despacito. Ella fue la primera astrónoma profesional y dio clases en la Facultad de Ciencias, eso atrajo a muchas mujeres a la Astronomía”, recordó Antígona.
Con peras y manzanas, Segura que ha desarrollado trabajo científico para la NASA, explicó en qué consiste el aporte de Pismis: Ella se dedicaba a investigar las dinámica de la galaxia, en específico el movimiento de las estrellas, la forma de hacerlo era observacional, además descubrió que los cúmulos globulares son formados por estrellas.
Pismes llegó a México en la década de 1940, cuando en México se vivía cierta estabilidad económica que permitió impulsar cierto desarrollo científico. En 1942 se inauguró el Observatorio Astrofísico Nacional en Tonantzintla, el primer observatorio profesional de México, y Paris se convirtió en la primera astrónoma mexicana.
También fue la primera mujer en obtener un doctorado por la Facultad de Ciencias de la Universidad de Estambul (1937, bajo la dirección de Erwin Finlay Freundlich). A ojos de Antígona, ella fue básicamente la madre de la Astronomía en México, además de una brillante científica, excelente profesora que siempre se preocupó por incorporar a más mujeres en este campo.[/vc_column_text][divider line_type=”No Line” custom_height=”50″][vc_column_text]
Desechos de estrellas
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La ciencia ficción no está peleada con las Ciencias duras y exactas. Mujeres del mundo de la ciencia ficción, exploradoras, aventureras, y sobre todo capaces de resolver problemas inspiraron a Antígona para saberse capaz y estudiar Astronomía. Por ejemplo la teniente Ellen Ripley, personaje principal de la saga Alien, y la princesa Leia de Star Wars, mujeres que no necesitaban ser rescatada y que eran capaces de luchar, hablar y decidir.
Antígona fue una niña inquieta, desde los siete años supo que quería ser bióloga, arqueóloga y astrónoma. Su objetivo era entender por qué sucedían las cosas en el universo. Su madre y padre permitieron que ella accediera al mundo de la divulgación científica. Recuerda que el libro Cosmos, de Carl Sagan, le hizo estar segura de su futuro camino.[/vc_column_text][nectar_single_testimonial testimonial_style=”bold” color=”Accent-Color” quote=”“Yo quiero saber cómo se originó la vida como un fenómeno del universo. En ese entonces se llamaba exobiología. Logré pasar por física, astronomía, geofísica hasta llegar a lo que hago ahora, lo que se llama astrobiología””][vc_row_inner column_margin=”default” text_align=”left”][vc_column_inner column_padding=”no-extra-padding” column_padding_position=”all” background_color_opacity=”1″ background_hover_color_opacity=”1″ column_shadow=”none” column_border_radius=”none” column_link_target=”_self” width=”1/1″ tablet_width_inherit=”default” column_border_width=”none” column_border_style=”solid” bg_image_animation=”none”][image_with_animation image_url=”4743″ alignment=”center” animation=”Fade In” img_link_large=”yes” border_radius=”none” box_shadow=”none” max_width=”100%”][vc_column_text]
Libros de la infancia, Archivo fotográfico personal. Antígona Segura.
[/vc_column_text][/vc_column_inner][/vc_row_inner][divider line_type=”No Line” custom_height=”50″][vc_column_text]Ser astrobióloga es trabajar con mundos habitables, estudiar el origen, la evolución y la distribución de la vida en el universo. Gran parte de su investigación está basada en la identificación de planetas que existan alrededor de las estrellas (exoplanetas). Para entender si estos planetas serían habitables, Antígona se basa en el estudio de la tierra, que es el ejemplo de vida que tenemos hasta ahora.
Pero cuando la doctora piensa en mundos habitables, también piensa en ciencia ficción, en los mundos que imaginó Úrsula Le Guin, en donde las mujeres sean respetadas y valoradas por sus méritos. Y es que Antigona se reconoce feminista, y sabe que es necesario seguir integrando a más mujeres al ámbito científico. En 2019, la matrícula del Instituto de Física es ocupada en apenas un 20 por ciento por mujeres.
Si bien ella creció teniendo las mismas oportunidades que su hermano. Esas prácticas le construyeron la idea de que mujeres y hombres eran iguales y que ella podía hacer lo que quisiera; pero después descubrió que el mundo fuera de casa no operaba de la misma forma y esta rebelde quiere cambiar esa realidad.[/vc_column_text][vc_row_inner column_margin=”default” text_align=”left”][vc_column_inner column_padding=”no-extra-padding” column_padding_position=”all” background_color_opacity=”1″ background_hover_color_opacity=”1″ column_shadow=”none” column_border_radius=”none” column_link_target=”_self” width=”1/1″ tablet_width_inherit=”default” column_border_width=”none” column_border_style=”solid” bg_image_animation=”none”][image_with_animation image_url=”4746″ alignment=”center” animation=”Fade In” border_radius=”none” box_shadow=”none” max_width=”100%”][vc_column_text]
Archivo fotográfico personal. Antígona Segura.
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