[vc_row type=»in_container» full_screen_row_position=»middle» scene_position=»center» text_color=»dark» text_align=»left» overlay_strength=»0.3″ shape_divider_position=»bottom» bg_image_animation=»none»][vc_column column_padding=»no-extra-padding» column_padding_position=»all» background_color_opacity=»1″ background_hover_color_opacity=»1″ column_link_target=»_self» column_shadow=»none» column_border_radius=»none» width=»1/1″ tablet_width_inherit=»default» tablet_text_alignment=»default» phone_text_alignment=»default» column_border_width=»none» column_border_style=»solid» bg_image_animation=»none»][vc_custom_heading text=»Por: María Julia Castañeda» font_container=»tag:h2|text_align:left|color:%2320c57e» use_theme_fonts=»yes»][divider line_type=»No Line»][vc_column_text]La lucha de madres que buscan a sus hijos desaparecidos en México se ha enfrentado a asesinatos, amenazas y secuestros, a estas amenazas constantes se suma otro 10 de mayo sin nada que celebrar pero en medio de una cuarentena que no aísla sus reclamos.
“Ya estamos muertas en vida”, describe Margarita López, mamá de Yahaira Guadalupe Bahena López, cuyo cuerpo fue encontrado por su madre 2 años, 4 meses y 19 días después de su desaparición en Oaxaca el 13 de abril del 2011.
“Ya no tenemos miedo a nada, ya perdimos el miedo a morir desde el momento que desaparecieron a nuestros hijos”, destaca la fundadora del colectivo Buscando Cuerpos.
Con cubrebocas y sana distancia, los gritos de decenas de mexicanas se escucharon este domingo en la capital del país, en una movilización que fue del Monumento a la Madre al Ángel de la Independencia, y que respalda la marcha digital que se realiza desde el 6 de mayo.
“Esta contingencia nos ha intentado mutilar la esperanza y no lo vamos a permitir, es más grande nuestro amor por nuestros hijos”, sostiene Nancy Roquete, mamá de Elvis Axel Torres Rosete, desaparecido desde el 29 de diciembre de 2010.
Pese a que no todas pudieron estar presentes en físico, como desde hace 9 años, las calles de la Ciudad de México escucharon un año más la consigna “¿dónde están, dónde están, nuestros hijos dónde están?”.
“Tienen que escuchar nuestros gritos de dolor porque no es otra cosa más que todo el tiempo estar con ese dolor lacerando nuestra alma porque no sabemos todo lo que pasaron nuestros hijos cuando los desaparecieron”, exclama Margarita.
En estados como Nuevo León, Nayarit y Veracruz, mensajes fueron colocados en puentes viales “para sensibilizar a la sociedad civil de que este 10 de Mayo no es de fiesta, es de lucha y de protesta”, compartió Letty Hidalgo, quien busca a su hijo Roy Rivera Hidalgo desde que el 11 de enero de 2011 policías se lo llevaron de su propia casa.
En todo México inició una movilización digital “como si estuviéramos marchando, pero virtualmente como la contingencia nos ha obligado a hacerlo”, explica la fundadora de Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en Nuevo León (FUNDENL).[/vc_column_text][image_with_animation image_url=»7943″ alignment=»center» animation=»Fade In» border_radius=»none» box_shadow=»none» max_width=»100%»][divider line_type=»No Line»][vc_custom_heading text=»Armadas con dolor» font_container=»tag:h2|text_align:left|color:%2320c57e» use_theme_fonts=»yes»][divider line_type=»No Line»][vc_column_text]Hay madres, como Margarita, que enfermaron de COVID-19 y sobrevivieron, pero siguen con la angustia de no poder continuar con las búsquedas en barrancas, fosas clandestinas y otros lugares donde “nunca jamás alguien se había ido a meter”, advierte la activista.
“Ese salir les da una esperanza porque encuentran cuerpos y tienen la posibilidad de que se identifiquen”, expuso Eliana García, defensora de derechos humanos y acompañante de víctimas.
“Cuando encuentran a alguien y lo logran identificar es una enorme esperanza para ellas”, pero el miedo a contagiarse de coronavirus las ha orillado a recluirse en sus hogares para, más adelante, intensificar las búsquedas que, condena García, “deberían estar haciendo las autoridades”.
El gobierno también debería estar apoyando a miles de madres que necesitan víveres para sobrevivir, ya que varias han enfermado, están desempleadas y no tienen suficiente alimento ni ingresos para pagar rentas y recibos, añade.[/vc_column_text][image_with_animation image_url=»7944″ alignment=»center» animation=»Fade In» border_radius=»none» box_shadow=»none» max_width=»100%»][divider line_type=»No Line»][vc_custom_heading text=»Apoyos para guerreras» font_container=»tag:h2|text_align:left|color:%2320c57e» use_theme_fonts=»yes»][divider line_type=»No Line»][vc_column_text]La organizadora de la campaña #YoApoyoParaEncontrarles, que agrupa a 38 colectivos en México, explicó que el objetivo es acercar recursos, despensas, artículos de higiene, medicinas, entre otros, a madres en todo el país a quienes la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas les suspendió a inicios de año los apoyos que les corresponden por ley.
“Muchas de ellas tienen trabajos informales porque dedican la mayor parte de su tiempo a buscar a sus hijos e hijas… muchas de ellas son mayores de 60 años y tienen diabetes o alguna enfermedad crónica”, explica Ixchel Cisneros, directora de la organización El Día Después.
La ONG fundada por figuras públicas como el actor Diego Luna vincula a las colectivas con la sociedad civil para que reciban donaciones y las hagan llegar a las familias que necesitan el apoyo mediante la campaña #MiBarrioMeRespalda.
(Link de la campaña: https://www.facebook.com/pg/eldiadespuesmx/photos/?tab=album&album_id=702011453972319)[/vc_column_text][image_with_animation image_url=»7945″ alignment=»center» animation=»Fade In» border_radius=»none» box_shadow=»none» max_width=»100%»][divider line_type=»No Line»][vc_custom_heading text=»«No le puedo tener miedo ni a morir«» font_container=»tag:h2|text_align:left|color:%2320c57e» use_theme_fonts=»yes»][divider line_type=»No Line»][vc_column_text]Armada con herramientas para buscar restos humanos, desde hace 9 años, Margarita mensualmente lidera grupos que rastrean en campo respuestas sobre el paradero de sus familiares, acompañando a cientos de madres y localizando más de 90 cuerpos.
“Si yo estoy encerrada en mi casa siento que me vuelvo loca, me pasan mil cosas por mi cabeza, revivo lo que mi niña vivió, no puedo pensar”.
“Yo no puedo dormir sin la televisión prendida porque necesito estar escuchando algo para no pensar, para no revivir minuto a minuto, momento a momento, todo lo que ellos (dos delincuentes) me narraron que hicieron con la niña con lujo de detalle”, relata la fundadora del colectivo Buscando Cuerpos.
Ser asesinadas por buscar respuestas es una amenaza con la que lidian desde hace años las madres que buscan a sus hijos, relata.
“Una mamá (en Guerrero) se atrevió a ir a exigir la entrega del cuerpo de su hija; al día siguiente, sale en la mañana a colocar su comal para hacer tortillas porque de eso se mantenía, y ahí llegaron y la ejecutaron en su casa”, menciona Margarita.
Otras han sufrido amenazas y “levantones” a ellas y a sus familiares, algunas están desplazadas de sus comunidades, unas cuantas aisladas en Estados Unidos y otras miles viven con miedo a denunciar porque las mismas autoridades les piden que “no le muevan”.
“Nos mutilan, nos cercenan el alma, nos dejan sin trabajo, nos desbaratan a nuestra familia y nadie hace nada por nosotros si nosotros no exigimos lo que por derecho nos corresponde nadie más lo va a exigir, nadie, ninguna autoridad se va a comprometer con nosotros para hacerlo”, lamenta Margarita.[/vc_column_text][image_with_animation image_url=»7946″ alignment=»center» animation=»Fade In» border_radius=»none» box_shadow=»none» max_width=»100%»][/vc_column][/vc_row]