Al anunciar su equipo de transición, el virtual presidente electo Andrés Manuel López Obrador encargó la ardua tarea política a dos mujeres: a la exministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Olga Sánchez Cordero, y a Tatiana Clouthier, la coordinadora de su campaña.
En el transcurso de su carrera, Sánchez Cordero ha sido una mujer revolucionaria. Ha abierto, no solo caminos sino mentes estereotipadas que demeritan el trabajo de la mujer en terrenos que históricamente han sido dominados por los hombres, como la política.
Fue la primera mujer notaria pública en México, cuando se tituló en 1984 del Colegio de Notarios en la Ciudad de México, y la novena mujer en ocupar un lugar en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) en 1995.
Como mujer pionera en espacios de decisión de ámbitos políticos, Sánchez Cordero lo hizo de nuevo.
«Cuando me hice notaria sufrí la resistencia que en ese tiempo había dentro del mismo Colegio. Llegué al Colegio y eran puros hombres, ni siquiera habían pensado en un baño para mujeres. Uno de los notarios, me dijo: vamos a inaugurar un salón de costura», relató en el primer evento en el que participó fuera del ámbito político-jurídico en el Women’s Weekend al contar su experiencia como mujer pionera.
Durante 11 años Sánchez Cordero fue la única mujer en el Tribunal Supremo. Bendita entre los hombres, la ministra cuestionó la falta de mujeres en espacios de poder. Es por ello que considero necesario que las mujeres pioneras, que logran el éxito en su especialidad o ramo, tienen la responsabilidad de no ser las únicas, sino apoyar a que otras entren en estos espacios.
«No podemos llegar a ser las primeras y las únicas. No podemos nosotras mismas ponerles piedras en el camino a las otras mujeres para que lleguen. Al contrario, las que tenemos la oportunidad de llegar a una posición de decisión tenemos la obligación de abrir espacios para que lleguen muchas mujeres más», refirió.
Aunque la fórmula planteada por la ahora encargada de la transición política del nuevo gobierno es clara Más mujeres, mayor empoderamiento, en la realidad pocas veces sucede.
Las mujeres no pensamos igual que los hombres, por la diferencia en virtud del sexo femenino. Esta visión diferenciada debe estar presente en las decisiones en todos los ámbitos para equilibrarlas. Por ello, el número de mujeres en espacios de poder debe sumar y aumentar y una vía para lograrlo es con la ayuda mutua entre mujeres, creando redes de apoyo.
La única vía para visibilizar las dicotomías que causan actos discriminatorios consiste en adoptar perspectiva de género.
Para un juzgador, como lo fue la exministra Sánchez, la perspectiva de género se basa en aplicar la ley que impacte de la misma forma a hombres y a mujeres, es decir, buscar equilibrar la aplicación.
Como mujer pionera en espacios de decisión de ámbitos políticos, Sánchez Cordero lo hizo de nuevo, se atrevió a romper las formas paradigmáticas de comunicación que tradicionalmente han caracterizado a los hombres: predica con el ejemplo abriendo camino a la nueva época que inicia en México.
*Texto publicado originalmente en huffingtonpost.com.mx (julio 2, 2018)