Crear juntas una agenda feminista

[vc_row type=”in_container” full_screen_row_position=”middle” scene_position=”center” text_color=”dark” text_align=”left” overlay_strength=”0.3″ shape_divider_position=”bottom” bg_image_animation=”none”][vc_column column_padding=”no-extra-padding” column_padding_position=”all” background_color_opacity=”1″ background_hover_color_opacity=”1″ column_link_target=”_self” column_shadow=”none” column_border_radius=”none” width=”1/1″ tablet_width_inherit=”default” tablet_text_alignment=”default” phone_text_alignment=”default” column_border_width=”none” column_border_style=”solid” bg_image_animation=”none”][vc_column_text]Ya llevamos una semana en cruda electoral. Las campañas, la contienda y los resultados dejan una duda muy grande respecto a cómo y en qué momento se atenderán los grandes índices la violencia contra las mujeres que, además, se incrementaron durante la pandemia.

Sin embargo, también es parte de la resistencia crear en conjunto, desde nosotres, una agenda feminista que visibilice y posicione las prioridades para que todas las mujeres podamos vivir libres y sin violencia; por eso, hace unos días (y siedo muy concientes de las limitaciones en cuanto a brecha digital y condiciones estructurales) les preguntamos en nuestras redes sociales sus exigencias en materia de género a las y los candidatos electos. Y estas fueron las propuestas:

• Atender de manera urgente el alto número de feminicidios y los casos de desaparición
• Atención urgente a la violencia doméstica e institucional
• Perspectiva de género en todos los procesos
• Aborto legal en todo el país
• Paridad salarial y legislación al respecto
• Crear más espacios públicos libres de violencia de género

También, nos hicieron llegar la “Agenda de los derechos humanos de las niñas y mujeres en Sonora” creada por colectivas, académicas, activistas, servidoras públicas y defensoras, que vale la pena revisar a profundidad.

Estas propuestas y prioridades tienen bases sólidas, por lo que hacemos un repaso del contexto como evidencia de que es urgente atenderlas.[/vc_column_text][vc_custom_heading text=”Feminicidios y desaparición” font_container=”tag:h2|text_align:left|color:%2320c57e” use_theme_fonts=”yes”][divider line_type=”No Line”][vc_column_text]Detrás de cada consigna, de cada pinta de “Nos queremos vivas”, del #NiUnaMenos, hay datos y esos datos, son vidas, 10 vidas de mujeres que son asesinadas a diario en nuestro país.

Según el Inegi, tan solo en el primer semestre de 2020 se registraron 1,844, el índice más alto registrado en lo últimos 30 años y, según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, marzo de este año fue el mes más violento desde 2015 con 92 feminicidios y 267 homicidios dolosos de mujeres. Veracruz, Ciudad de México, Jalisco, Chiapas, Morelos, Sonora, Nuevo León, Oaxaca y Puebla concentran el 50% de los feminicidios registrados en los primeros tres meses del año.

En cuanto a desaparición, en nuestro país hay más de 85 mil personas desaparecidas registradas desde 2006, y las mujeres representan el 24.8% de esta cifra, y a su vez, el 55.65% de ellas corresponden niñas y jóvenes  entre a 10 y 19 años de edad, dato que según el Secretario de de Derechos Humanos, Población y Migración, Alejandro Encinas, es una perspectiva fundamental para hacer un trabajo específico respecto a trata de personas.

Los feminicidios y la desaparición de mujeres tienen datos históricos fundamentales, reflejados en la investigación de Pie de página “De las muertas de Juárez al #NosQueremosVivas” que demuestra que el asesinato de mujeres ha mantenido una continuidad desde hace 17 años, entre el 7 y 11% del total de muertes violentas en el país y  que fue el año 2007 cuando los índices de desaparición de mujeres tuvo un repunte importante, pues la cifra se sextuplicó, pasó de 242 mujeres desaparecidas en el 2006, a 1429 al siguiente año.[/vc_column_text][vc_raw_html]JTNDaWZyYW1lJTIwc3JjJTNEJTIyaHR0cHMlM0ElMkYlMkZ3d3cuZmFjZWJvb2suY29tJTJGcGx1Z2lucyUyRnBvc3QucGhwJTNGaHJlZiUzRGh0dHBzJTI1M0ElMjUyRiUyNTJGd3d3LmZhY2Vib29rLmNvbSUyNTJGbW92TkRteCUyNTJGcGhvdG9zJTI1MkZhLjI0ODIwMTY5MjI0MjcxNSUyNTJGNzczNzIwNDEzMDI0MTcxJTI1MkYlMjUzRnR5cGUlMjUzRDMlMjZzaG93X3RleHQlM0R0cnVlJTI2d2lkdGglM0Q1MDAlMjIlMjB3aWR0aCUzRCUyMjUwMCUyMiUyMGhlaWdodCUzRCUyMjMzMyUyMiUyMHN0eWxlJTNEJTIyYm9yZGVyJTNBbm9uZSUzQm92ZXJmbG93JTNBaGlkZGVuJTIyJTIwc2Nyb2xsaW5nJTNEJTIybm8lMjIlMjBmcmFtZWJvcmRlciUzRCUyMjAlMjIlMjBhbGxvd2Z1bGxzY3JlZW4lM0QlMjJ0cnVlJTIyJTIwYWxsb3clM0QlMjJhdXRvcGxheSUzQiUyMGNsaXBib2FyZC13cml0ZSUzQiUyMGVuY3J5cHRlZC1tZWRpYSUzQiUyMHBpY3R1cmUtaW4tcGljdHVyZSUzQiUyMHdlYi1zaGFyZSUyMiUzRSUzQyUyRmlmcmFtZSUzRQ==[/vc_raw_html][vc_column_text]Foto Itzel Plascencia / Movimiento por Nuestros Desaparecidos en México[/vc_column_text][vc_custom_heading text=”Violencia doméstica e institucional #LaPolicíaNoMeCuida” font_container=”tag:h2|text_align:left|color:%2320c57e” use_theme_fonts=”yes”][divider line_type=”No Line”][vc_column_text]La violencia contra nosotras se vio recrudecida durante el confinamiento, pues muchas mujeres quedaron encerradas 24/7 con su agresor, y según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), el 2020 cerró un un registro de 220 mil 28 denuncias por violencia familiar, es decir, 25 denuncias cada hora.

Además, vale la pena recordar la terrible estrategia que el Estado generó a partir de el alza significativa en las denuncias. Entre que el presidente López Obrador aseguró que el 90% de las llamadas al 911 por violencia familiar son falsas, hasta la terrible campaña #CuentaHasta10 en la que respirar, tranquilizarse y contar hasta 10, resolvía perfectamente los problemas de violencia familiar (¡Claro! ¿Cómo no se nos había ocurrido antes?). Los discursos y estrategias mal planeadas del Estado estigmatizaron y minimizaron la violencia poniendo aún más en riesgo la vida de las mujeres.

Estos datos y perspectiva, va de la mano con lo que implica la violencia institucional. Según la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, la violencia institucional es “lo que hacen y/o dejan de hacer las personas servidoras públicas que afecta el goce y ejercicio de los derechos humanos de las mujeres y su acceso a la prevención, atención, investigación, sanción, erradicación y reparación integral del daño que les causan los distintos tipos de violencia que enfrentan”[/vc_column_text][vc_raw_html]JTNDYmxvY2txdW90ZSUyMGNsYXNzJTNEJTIydHdpdHRlci10d2VldCUyMiUzRSUzQ3AlMjBsYW5nJTNEJTIyZXMlMjIlMjBkaXIlM0QlMjJsdHIlMjIlM0UlM0NhJTIwaHJlZiUzRCUyMmh0dHBzJTNBJTJGJTJGdHdpdHRlci5jb20lMkZoYXNodGFnJTJGTm9NZUN1aWRhbk1lVmlvbGVudGFuJTNGc3JjJTNEaGFzaCUyNmFtcCUzQnJlZl9zcmMlM0R0d3NyYyUyNTVFdGZ3JTIyJTNFJTIzTm9NZUN1aWRhbk1lVmlvbGVudGFuJTNDJTJGYSUzRSVFMiU5RCU4QyUyMCUzQ2ElMjBocmVmJTNEJTIyaHR0cHMlM0ElMkYlMkZ0d2l0dGVyLmNvbSUyRmhhc2h0YWclMkYyNU4lM0ZzcmMlM0RoYXNoJTI2YW1wJTNCcmVmX3NyYyUzRHR3c3JjJTI1NUV0ZnclMjIlM0UlMjMyNU4lM0MlMkZhJTNFJTIwSG95JTIwaW5pY2lhbW9zJTIwJTNDYSUyMGhyZWYlM0QlMjJodHRwcyUzQSUyRiUyRnR3aXR0ZXIuY29tJTJGaGFzaHRhZyUyRk5vTWVDdWlkYW4lM0ZzcmMlM0RoYXNoJTI2YW1wJTNCcmVmX3NyYyUzRHR3c3JjJTI1NUV0ZnclMjIlM0UlMjNOb01lQ3VpZGFuJTNDJTJGYSUzRSUyMHVuYSUyMGNhbXBhJUMzJUIxYSUyMGNvbnRyYSUyMGxhJTIwdmlvbGVuY2lhJTIwaW5zdGl0dWNpb25hbCUyMG1hY2hpc3RhJTIwanVudG8lMjBhJTIwJTNDYSUyMGhyZWYlM0QlMjJodHRwcyUzQSUyRiUyRnR3aXR0ZXIuY29tJTJGQ0NJU214JTNGcmVmX3NyYyUzRHR3c3JjJTI1NUV0ZnclMjIlM0UlNDBDQ0lTbXglM0MlMkZhJTNFJTJDJTIwJTNDYSUyMGhyZWYlM0QlMjJodHRwcyUzQSUyRiUyRnR3aXR0ZXIuY29tJTJGYmFsYW5jZWpvdmVuJTNGcmVmX3NyYyUzRHR3c3JjJTI1NUV0ZnclMjIlM0UlNDBiYWxhbmNlam92ZW4lM0MlMkZhJTNFJTJDJTIwJTNDYSUyMGhyZWYlM0QlMjJodHRwcyUzQSUyRiUyRnR3aXR0ZXIuY29tJTJGcGF1X3N5bSUzRnJlZl9zcmMlM0R0d3NyYyUyNTVFdGZ3JTIyJTNFJTQwcGF1X3N5bSUzQyUyRmElM0UlMjAlMkMlMjAlM0NhJTIwaHJlZiUzRCUyMmh0dHBzJTNBJTJGJTJGdHdpdHRlci5jb20lMkZkYW5ueW5pY29saW5pJTNGcmVmX3NyYyUzRHR3c3JjJTI1NUV0ZnclMjIlM0UlNDBkYW5ueW5pY29saW5pJTNDJTJGYSUzRSUyMHklMjAlNDBJcmFiaXNtbyUyMCUzQ2JyJTNFJTNDYnIlM0UlQzIlQTFDb25vY2UlMjB5JTIwJUMzJUJBbmV0ZSUyMGElMjBsYSUyMGNhbXBhJUMzJUIxYSUyMSVGMCU5RiU5OSU4QiVFMiU4MCU4RCVFMiU5OSU4MCVFRiVCOCU4RiVGMCU5RiU5MyVBMiUzQ2JyJTNFQWJyaW1vcyUyMGhpbG8lRjAlOUYlOTElODclMjAlM0NhJTIwaHJlZiUzRCUyMmh0dHBzJTNBJTJGJTJGdC5jbyUyRkMxZ1RpMklhTkslMjIlM0VwaWMudHdpdHRlci5jb20lMkZDMWdUaTJJYU5LJTNDJTJGYSUzRSUzQyUyRnAlM0UlMjZtZGFzaCUzQiUyMEx1Y2hhZG9yYXMlMjAlMjglNDBMdWNoYWRvcmFzTVglMjklMjAlM0NhJTIwaHJlZiUzRCUyMmh0dHBzJTNBJTJGJTJGdHdpdHRlci5jb20lMkZMdWNoYWRvcmFzTVglMkZzdGF0dXMlMkYxMzMxNjM3ODkwNjk1MjI5NDQzJTNGcmVmX3NyYyUzRHR3c3JjJTI1NUV0ZnclMjIlM0VOb3ZlbWJlciUyMDI1JTJDJTIwMjAyMCUzQyUyRmElM0UlM0MlMkZibG9ja3F1b3RlJTNFJTIwJTNDc2NyaXB0JTIwYXN5bmMlMjBzcmMlM0QlMjJodHRwcyUzQSUyRiUyRnBsYXRmb3JtLnR3aXR0ZXIuY29tJTJGd2lkZ2V0cy5qcyUyMiUyMGNoYXJzZXQlM0QlMjJ1dGYtOCUyMiUzRSUzQyUyRnNjcmlwdCUzRSUyMA==[/vc_raw_html][vc_column_text]Desde 2019 cuando nos manifestamos y gritamos “No me cuidan, me violan” exigiendo justicia por las 2 jóvenes violadas por policías capitalinos, se ha posicionado cada vez más una de las vertientes de esta violencia institucional machista que ha ido en escalada.

La estigmatizazión y represión contra la protesta feminsita es evidente. Recientemente, en la marcha del 8M de este año, hubo 19 asistentes heridas y la Red Rompe el Miedo registró el uso de gas de extintor, cápsulas de gas lacrimógeno y balas de goma, proyectiles no que no se contemplan en el protocolo policial, según Brigada Marabunta. Además, en entrevista para Animal Político, Daniel Gómez-Tagle, especialista en armas, uso de la fuerza y derechos humanos, dijo que uno de los objetos captados por Imagen Televisión es uno de gas CS, que ni siquiera está contemplado en la Ley Nacional sobre el Uso de la Fuerza.[/vc_column_text][vc_raw_html]JTNDYmxvY2txdW90ZSUyMGNsYXNzJTNEJTIydHdpdHRlci10d2VldCUyMiUzRSUzQ3AlMjBsYW5nJTNEJTIyZXMlMjIlMjBkaXIlM0QlMjJsdHIlMjIlM0VMYSUyMCUzQ2ElMjBocmVmJTNEJTIyaHR0cHMlM0ElMkYlMkZ0d2l0dGVyLmNvbSUyRmhhc2h0YWclMkZSUk0lM0ZzcmMlM0RoYXNoJTI2YW1wJTNCcmVmX3NyYyUzRHR3c3JjJTI1NUV0ZnclMjIlM0UlMjNSUk0lM0MlMkZhJTNFJTIwcmVwb3J0YSUzQSUyMGVsZW1lbnRvcyUyMGRlJTIwJTNDYSUyMGhyZWYlM0QlMjJodHRwcyUzQSUyRiUyRnR3aXR0ZXIuY29tJTJGU1NDX0NETVglM0ZyZWZfc3JjJTNEdHdzcmMlMjU1RXRmdyUyMiUzRSU0MFNTQ19DRE1YJTNDJTJGYSUzRSUyMGRpc3BhcmFuJTIwYmFsYXMlMjBkZSUyMGdvbWElMjB5JTIwZ290Y2hhJTIwZGlyZWN0YW1lbnRlJTIwY29udHJhJTIwbWFuaWZlc3RhbnRlcyUyMGUlMjBpbnRlZ3JhbnRlcyUyMGRlJTIwbGElMjAlM0NhJTIwaHJlZiUzRCUyMmh0dHBzJTNBJTJGJTJGdHdpdHRlci5jb20lMkZCcmlnYWRhTWFyYWJ1bnQlM0ZyZWZfc3JjJTNEdHdzcmMlMjU1RXRmdyUyMiUzRSU0MEJyaWdhZGFNYXJhYnVudCUzQyUyRmElM0UuJTIwJTNDYnIlM0UlM0NiciUzRU5pbmd1bmElMjBkZSUyMGVzdG9zJTIwcHJveWVjdGlsZXMlMjBzZSUyMGNvbnRlbXBsYW4lMjBlbiUyMGVsJTIwcHJvdG9jb2xvJTIwcG9saWNpYWwuJTIwRXhpZ2ltb3MlMjBhJTIwbGFzJTIwYXV0b3JpZGFkZXMlMjBnYXJhbnRpemFyJTIwZWwlMjBkZXJlY2hvJTIwYSUyMGxhJTIwcHJvdGVzdGEuJTIwJTNDYSUyMGhyZWYlM0QlMjJodHRwcyUzQSUyRiUyRnQuY28lMkZsRzh0azdCMFVxJTIyJTNFcGljLnR3aXR0ZXIuY29tJTJGbEc4dGs3QjBVcSUzQyUyRmElM0UlM0MlMkZwJTNFJTI2bWRhc2glM0IlMjBSZWQlMjBSb21wZSUyMGVsJTIwTWllZG8lMjAlMjglNDBSb21wZU1pZWRvJTI5JTIwJTNDYSUyMGhyZWYlM0QlMjJodHRwcyUzQSUyRiUyRnR3aXR0ZXIuY29tJTJGUm9tcGVNaWVkbyUyRnN0YXR1cyUyRjEzNjkwOTI4Nzg5NTg1MjY0NjYlM0ZyZWZfc3JjJTNEdHdzcmMlMjU1RXRmdyUyMiUzRU1hcmNoJTIwOSUyQyUyMDIwMjElM0MlMkZhJTNFJTNDJTJGYmxvY2txdW90ZSUzRSUyMCUzQ3NjcmlwdCUyMGFzeW5jJTIwc3JjJTNEJTIyaHR0cHMlM0ElMkYlMkZwbGF0Zm9ybS50d2l0dGVyLmNvbSUyRndpZGdldHMuanMlMjIlMjBjaGFyc2V0JTNEJTIydXRmLTglMjIlM0UlM0MlMkZzY3JpcHQlM0UlMjA=[/vc_raw_html][vc_column_text]A pesar de la evidencia de represión registrada por Organizaciones de la sociedad civil, medios de comunicación y asistentes, la Secretaría de Seguridad Ciudadana y lFiscalía General de Justicia de la CDMX, dijeron que se garantizó el derecho a la libre manifestación y expresión.

Otros dos terribles casos de la violencia institucional machista sucedieron en este año fueron el caso de Victoria Salazar, mujer salvadoreña que fue detenida y violentamente asesinada el 28 de marzo a manos de la policía municipal de Tulum, presuntamente por “alterar el orden público”. Les 4 policías ya fueron vinculades a proceso.[/vc_column_text][vc_raw_html]JTNDYmxvY2txdW90ZSUyMGNsYXNzJTNEJTIydHdpdHRlci10d2VldCUyMiUzRSUzQ3AlMjBsYW5nJTNEJTIyZXMlMjIlMjBkaXIlM0QlMjJsdHIlMjIlM0VBcyVDMyVBRCUyMHRlcm1pbmElMjBsYSUyMG1hcmNoYSUyMHF1ZSUyMGV4aWdlJTIwanVzdGljaWElMjBwb3IlMjBlbCUyMGFzZXNpbmF0byUyMGRlJTIwVmljdG9yaWElMjBhJTIwbWFub3MlMjBkZSUyMGxhJTIwcG9saWMlQzMlQURhLiUyMCUzQ2ElMjBocmVmJTNEJTIyaHR0cHMlM0ElMkYlMkZ0d2l0dGVyLmNvbSUyRmhhc2h0YWclMkZKdXN0aWNpYXBhcmFWaWN0b3JpYSUzRnNyYyUzRGhhc2glMjZhbXAlM0JyZWZfc3JjJTNEdHdzcmMlMjU1RXRmdyUyMiUzRSUyM0p1c3RpY2lhcGFyYVZpY3RvcmlhJTNDJTJGYSUzRSUyMCUzQ2ElMjBocmVmJTNEJTIyaHR0cHMlM0ElMkYlMkZ0LmNvJTJGVDdWWWpGZk12eSUyMiUzRXBpYy50d2l0dGVyLmNvbSUyRlQ3VllqRmZNdnklM0MlMkZhJTNFJTNDJTJGcCUzRSUyNm1kYXNoJTNCJTIwQml0Y2hwbGFpbmVyJUYwJTlGJTk1JUI3JTIwJTI4JTQwYW5uYXJ1dmUlMjklMjAlM0NhJTIwaHJlZiUzRCUyMmh0dHBzJTNBJTJGJTJGdHdpdHRlci5jb20lMkZhbm5hcnV2ZSUyRnN0YXR1cyUyRjEzNzY3MjUxMDUyNTQ5OTM5MjMlM0ZyZWZfc3JjJTNEdHdzcmMlMjU1RXRmdyUyMiUzRU1hcmNoJTIwMzAlMkMlMjAyMDIxJTNDJTJGYSUzRSUzQyUyRmJsb2NrcXVvdGUlM0UlMjAlM0NzY3JpcHQlMjBhc3luYyUyMHNyYyUzRCUyMmh0dHBzJTNBJTJGJTJGcGxhdGZvcm0udHdpdHRlci5jb20lMkZ3aWRnZXRzLmpzJTIyJTIwY2hhcnNldCUzRCUyMnV0Zi04JTIyJTNFJTNDJTJGc2NyaXB0JTNFJTIw[/vc_raw_html][vc_column_text]Además, el 11 de junio las redes se inundaron con el #JusticiaParaLaDoctoraBety, respecto al caso de la doctora Beatriz que estuvo involucrada en un accidente de tránsito en Hidalgo y, al querer auxiliar a las personas involucradas, fue detenida con con violencia y trasladada a los separos donde su padre la visitó y, después de ir a hacer algunos trámites, a su regreso ya le practicaban primeros auxilios. A pesar de la evidencia de uso excesivo de la fuerza por parte de la policía, la Alcadía de Progreso dijo que había sido un suicidio.[/vc_column_text][vc_raw_html]JTNDYmxvY2txdW90ZSUyMGNsYXNzJTNEJTIydHdpdHRlci10d2VldCUyMiUzRSUzQ3AlMjBsYW5nJTNEJTIyZXMlMjIlMjBkaXIlM0QlMjJsdHIlMjIlM0UlM0NhJTIwaHJlZiUzRCUyMmh0dHBzJTNBJTJGJTJGdHdpdHRlci5jb20lMkZoYXNodGFnJTJGSnVzdGljaWFQYXJhQmV0dHklM0ZzcmMlM0RoYXNoJTI2YW1wJTNCcmVmX3NyYyUzRHR3c3JjJTI1NUV0ZnclMjIlM0UlMjNKdXN0aWNpYVBhcmFCZXR0eSUzQyUyRmElM0UlMjAlM0NiciUzRSUzQ2JyJTNFTGElMjBtJUMzJUE5ZGljYSUyMEJlYXRyaXolMjBIZXJuJUMzJUExbmRleiUyMFJ1aXolMjB0dXZvJTIwdW4lMjBhY2NpZGVudGUlMjBhdXRvbW92aWwlQzMlQURzdGljbyUyMGVuJTIwUHJvZ3Jlc28lMjBkZSUyME9icmVnJUMzJUIzbiUyQyUyMCUzQ2ElMjBocmVmJTNEJTIyaHR0cHMlM0ElMkYlMkZ0d2l0dGVyLmNvbSUyRmhhc2h0YWclMkZIaWRhbGdvJTNGc3JjJTNEaGFzaCUyNmFtcCUzQnJlZl9zcmMlM0R0d3NyYyUyNTVFdGZ3JTIyJTNFJTIzSGlkYWxnbyUzQyUyRmElM0UlMjB5JTIwYXVucXVlJTIwYXV4aWxpJUMzJUIzJTIwYSUyMG90cmFzJTIwcGVyc29uYXMlMkMlMjBwb2xpYyVDMyVBRGFzJTIwbXVuaWNpcGFsZXMlMjBzZSUyMGxhJTIwbGxldmFyb24lMjBkZXRlbmlkYS4lMjAlM0NiciUzRSUzQ2JyJTNFSG9yYXMlMjBkZXNwdSVDMyVBOXMlMjBmYWxsZWNpJUMzJUIzLiUyMCUzQ2ElMjBocmVmJTNEJTIyaHR0cHMlM0ElMkYlMkZ0LmNvJTJGRFdXOVdwZHdzVCUyMiUzRXBpYy50d2l0dGVyLmNvbSUyRkRXVzlXcGR3c1QlM0MlMkZhJTNFJTNDJTJGcCUzRSUyNm1kYXNoJTNCJTIwUnVpZG8lMjBlbiUyMGxhJTIwUmVkJTIwJTI4JTQwUnVpZG9FbkxhUmVkJTI5JTIwJTNDYSUyMGhyZWYlM0QlMjJodHRwcyUzQSUyRiUyRnR3aXR0ZXIuY29tJTJGUnVpZG9FbkxhUmVkJTJGc3RhdHVzJTJGMTQwMzQxNTMyMzcxNDM1MTEwNSUzRnJlZl9zcmMlM0R0d3NyYyUyNTVFdGZ3JTIyJTNFSnVuZSUyMDExJTJDJTIwMjAyMSUzQyUyRmElM0UlM0MlMkZibG9ja3F1b3RlJTNFJTIwJTNDc2NyaXB0JTIwYXN5bmMlMjBzcmMlM0QlMjJodHRwcyUzQSUyRiUyRnBsYXRmb3JtLnR3aXR0ZXIuY29tJTJGd2lkZ2V0cy5qcyUyMiUyMGNoYXJzZXQlM0QlMjJ1dGYtOCUyMiUzRSUzQyUyRnNjcmlwdCUzRSUyMA==[/vc_raw_html][vc_custom_heading text=”Aborto legal, seguro y gratuito” font_container=”tag:h2|text_align:left|color:%2320c57e” use_theme_fonts=”yes”][divider line_type=”No Line”][vc_column_text]El aborto libre, seguro y gratuito invita a decidir libremente sobre nuestros cuerpos, maternidades y sexualidad. No obliga a nadie sino que crea espacio para la 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la fecha, los únicos estados en los que se permite la interrupción del embarazo sin importar la causa, son Oaxaca (25 de septiembre de 2009) y la CDMX (desde el 28 de agosto de 2008), sin embargo, el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos, si queremos ser madres o no, se penaliza de distintas formas y de acuerdo a distintas causas en los estados, lo que GIRE nombra como “discriminación jurídica, pues las mujeres tienen más o menos derecho de acceder a un aborto bajo un marco legal, de acuerdo con su lugar de residencia.”

Esta discriminación jurídica se refleja, por ejemplo, en todos los estados no se castiga el aborto bajo la causal de violación (en teoría) pero cuando la vida de la mujer está peligro de muerte, se permite en 24 estados o cuando el producto tiene malformaciones graves, solo en 16. Las penas son también distintas, por ejemplo, en Querétaro en Artículo 138 del Código Penal , aplica de 1 a 3 años de prisión “a la mujer que se procure el aborto o consienta en que otro la haga abortar” y en Guanajuato el Artículo 159 dice que “a la mujer que provoque o consienta su aborto, se le impondrá de seis meses a tres años de prisión y de cinco a treinta días multa”

Y bueno ¿ahorita cómo vamos? pues en varios estados se ha puesto el tema en agenda y la despenalización del aborto fue rechazada por:

• El Congreso de Puebla en mayo de 2019
• El Congreso de Guanajuato y de San Luis Potosí en mayo de 2020
• El Congreso Michoacán en junio de 2020
• La Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia votó en contra del proyecto que pedía la despenalización del aborto en Veracruz en julio de 2020
• La XVI legislatura de Quintana Roo negó y desechó la iniciativa para despenalizar el aborto en marzo de 2021

Por mencionar algunos… Además, cabe mencionar que as candidatas que se perfilan a quedar electas como gobernadoras en Chihuahua, Baja California, Campeche, Colima, Tlaxcala y Acapulco, no mencionaron para nada el tema durante sus campañas.[/vc_column_text][vc_custom_heading text=”Paridad salarial” font_container=”tag:h2|text_align:left|color:%2320c57e” use_theme_fonts=”yes”][divider line_type=”No Line”][vc_column_text]La brecha salarial de género es otro aspecto fundamental y la desigualdad en este aspecto se evidenció aún más durante la pandemia, pues según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo Nueva Edición (ENOEN) del Inegi, entre enero y marzo de 2020, 1.6 millones de personas salieron del mercado laboral y el 84% son mujeres. Este porcentaje preocupante se debe a muchas y distintas circunstancias relacionadas con la violencia económica que viven las mujeres, aquí algunos datos que nos pueden ayudar a entenderlas:

• En México, el salario promedio de los hombres es de $417.40, mientras que el de las mujeres es de $363.50
• Según la CEPAL, las mujeres tienen más riesgo de perder su trabajo pues se concentran en micro, pequeñas, medianas empresas y en el mercado informal, además, tienen menor acceso a seguridad y protección social
• La brecha salarial a nivel mundial es de 23% y en México del 14.6%, según datos de la ONU

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nada más como apunte, las propuestas de las candidatas casi electas a gubernaturas, efectivamente hablaron sobre “créditos para la mujer emprendedora”, guarderías para las mujeres que trabajan, pero nada de nada sobre legislación o acciones específicas para garantizar la paridad salarial.

¡Anotación! Tampoco se trata de que sobre las mujeres gobernadoras caiga totalmente la responsabilidad de garantizar los derechos de las mujeres, es responsabilidad de todas las personas electas procurarlos y garantizarlos, pero nos pareció importante recalcarlo, sobre todo para quienes se candidatearon diciendo que son feministas.[/vc_column_text][vc_custom_heading text=”Espacios públicos libres de violencia” font_container=”tag:h2|text_align:left|color:%2320c57e” use_theme_fonts=”yes”][divider line_type=”No Line”][vc_column_text]Por último pero no menos importante, hablar sobre la creación de espacios públicos libres de violencia y más sobre nuestro derecho a transitar y habitar todos los espacios de manera libre y segura, nos lleva a hablar de acoso callejero.

En enero de 2020, el Instituto de Estadística y Geografía (INEGI) incluyó por primera vez el acoso y la violencia sexual en su Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) y resultó que el 27.2% de las mujeres declaró haber sufrido alguna situación de violencia sexual en la calle en comparación con el 10.1% de los hombres.

Después de este repaso trágico por el contexto actual de violencia contra las mujeres, te recordamos: amiga, no todo está perdido, estos datos son dolor pero también son herramientas que nos sirven para seguir exigiendo con las pruebas en las manos nuestro derecho a vivir una vida libre de violencia, y con la seguridad de que crear una afenda feminsita es fundamental para la resistencia, nuestra resistencia.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]