[vc_row type=»in_container» full_screen_row_position=»middle» scene_position=»center» text_color=»dark» text_align=»left» overlay_strength=»0.3″ shape_divider_position=»bottom» bg_image_animation=»none»][vc_column column_padding=»no-extra-padding» column_padding_position=»all» background_color_opacity=»1″ background_hover_color_opacity=»1″ column_link_target=»_self» column_shadow=»none» column_border_radius=»none» width=»1/1″ tablet_width_inherit=»default» tablet_text_alignment=»default» phone_text_alignment=»default» column_border_width=»none» column_border_style=»solid» bg_image_animation=»none»][vc_column_text]Hoy se celebra el día internacional de las personas refugiadas y platicamos con Daniela Flores, directora de Las Vanders, organización feminista que acompaña de manera integral los procesos de mujeres, niñas y personas LGBTTIQ+ en contextos de movilidad.
Las Vanders acompañan en la salvaguarda de la seguridad física y emocional que requiere una persona que está huyendo o siendo desplazada. Apoyan a mujeres, niñas y disidencias sexuales en su acceso a derechos, procesos educativos, regularizacion migratoria, reubicaciones y también acompañan procesos de personas gestantes en partos, abortos y la menstruacion de jovenes y niñas que migran.
Daniela nos compartió su reflexión sobre 5 deudas que tenemos con las mujeres, niñas y disidencias con la condición de refugio: [/vc_column_text][vc_custom_heading text=»1.- No hay voluntad política por parte del Estado para brindar una atención integral.» font_container=»tag:h2|text_align:left|color:%2320c57e» use_theme_fonts=»yes»][divider line_type=»No Line»][vc_column_text]Ni los presupuestos, ni las políticas públicas implementadas dan respuesta a las necesidades específicas de las personas refugiadas. Las organizaciones y colectivas terminan por atender los vacíos que deberían estar contemplados por las autoridades responsables. [/vc_column_text][vc_custom_heading text=»2.- Las «estaciones« migratorias son cárceles que deben cerrarse porque violan los derechos de mujeres y niñas.» font_container=»tag:h2|text_align:left|color:%2320c57e» use_theme_fonts=»yes»][divider line_type=»No Line»][vc_column_text]Las mal llamadas “estaciones migratorias”, que son más bien cárceles migratorias, lugares antiderechos y torturantes gestionados por el Estado. En ellas, se ejerce más violencia a personas que ya vienen de contextos de violencia física, emocional, económica y ambiental siendo desplazadas de sus territorios. En estos espacios las mujeres y niñas sufren abuso psicológico, maltrato, aislamiento e incluso violencia sexual.[/vc_column_text][nectar_single_testimonial testimonial_style=»bold» color=»Accent-Color» quote=»La regularización migratoria podría ser una falta administrativa pero jamás un delito”.»][vc_custom_heading text=»3.- Justicia económica para las mujeres refugiadas. No vienen a hacer el trabajo sucio.» font_container=»tag:h2|text_align:left|color:%2320c57e» use_theme_fonts=»yes»][divider line_type=»No Line»][vc_column_text]Las mujeres refugiadas merecen oportunidades para construir una vida digna que las saquen del espiral de precariedad y violencia del que vienen huyendo. Al llegar a nuestro país se encuentran la xenofobia les limita el acceso de posibilidades económicas y de empleo, obstaculizando su proceso de emancipación, de construcción de redes y de gestionar la vida que ellas desean.[/vc_column_text][nectar_single_testimonial testimonial_style=»bold» color=»Accent-Color» quote=»La discriminacion despotencializa el deseo. No hay ámbito de lo público para ellas y no hay cosa más patriarcal que eso”.»][vc_custom_heading text=»4.- Las niñas y las disidencias sexuales necesitan una atención especializada.» font_container=»tag:h2|text_align:left|color:%2320c57e» use_theme_fonts=»yes»][divider line_type=»No Line»][vc_column_text]Cada historia de migración tiene características específicas. Las expectativas y las necesidades de todas las personas son distintas, y desde una perspectiva interseccional, las vulnerabilidades se entrelazan y en particular debe fortalecerse la autonomía de las infancias y comunidad LGBTTIQ+ con una escucha activa. No debe brindarse una atención desde lo que las organizaciones, gobiernos y agencias internacionales creen que necesitan, es necesario que la atención a grupos específicos incluya sus perspectivas en los procesos. [/vc_column_text][vc_custom_heading text=»5.- Las mujeres refugiadas también son defensoras de derechos humanos.» font_container=»tag:h2|text_align:left|color:%2320c57e» use_theme_fonts=»yes»][divider line_type=»No Line»][vc_column_text]Hay que iniciar por reconocer que la migración es un movimiento social. Las mujeres refugiadas y sus experiencias habrán de ser dignificadas en tal grado en el que incluso sea una opción reconocerse como defensoras de sus territorios y de derechos humanos, construyendo redes y procesos de acuerpamiento para otras.[/vc_column_text][nectar_single_testimonial testimonial_style=»bold» color=»Accent-Color» quote=»No es dar voz…necesitamos espacios colaborativos de defensoras que hemos tenido más privilegios para acceder a información, con compañeras refugiadas para que encontremos engranes colectivos que nos hagan caminar juntas. Valorar cada corporalidad y cada experiencia”»][vc_column_text]La pandemia recrudeció y volvió más visibles estas deudas. Como Daniela nos comparte, la crisis sanitaria fue un pretexto para que los Estados puedan hacer un nuevo uso de la fuerza indebida y generar pactos estratégicos para sesgar y violentar los derechos humanos y sobre todo, el derecho a migrar. No es posible hacerlo libremente, ni de manera segura e informada. Con el mundo paralizado, se bloquearon fronteras, éxodos y con ello, también los derechos de las mujeres y niñas.
Para finalizar, platicamos con Daniela sobre cómo es acompañar desde los feminismos:
“Es compartir el deseo latente por el buen vivir…es aprender de mujeres que han caminado y hecho viajes con esa fuerza para dar la vida lo que impulsa ese deseo. Es una lucha que es como cuando bailas, te mantiene en la transformación. Es potencia, fiesta, alegría. Es andar con mujeres medicina que caminan”.
Las Vanders brindan acompañamiento desde el feminismo comunitario que pone al centro el cuidado y defensa de la vida, lo cual permite entender desde una mirada más crítica y emancipatoria los procesos migratorios y de desplazamiento forzado. Acompañar desde ahí, permite identificar las desigualdades y desventajas estructurales e históricas que llevan a las mujeres a huir de sus países por razones muy distintas. Pero también, permite reconocer que son liderezas de familia y tienen un rol clave en sus comunidades, donde a pesar de estar lejos geográficamente, siguen sosteniendo redes en sus países de origen. [/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]