En nuestras sociedades contemporáneas -donde la fórmula eficiencia-eficacia, el consumo, la productividad y la rapidez- dictan el ritmo de la vida, existe una tendencia generalizada a empujar el tema de la vejez a los márgenes de la invisibilización, la indefensión y el abandono. Pocas y pocos (personas, gobiernos, instituciones) abrimos espacios reales en nuestras agendas donde las personas mayores, sus condiciones de vida, sus necesidades y expectativas sean el centro de la reflexión y la acción.
Si ser mujer en México es difícil, ser una mujer mayor puede potencializar las desventajas que nuestro contexto cultural, social y político provee. Por ejemplo, los cuidados que prestan a sus familias a lo largo de su vida son siempre imprescindibles y al mismo tiempo nunca pagados o valorados socialmente, mucho menos pensados en términos de reciprocidad.
Casi cuatro décadas han pasado desde que la Organización de Naciones Unidas (ONU) puso sobre la mesa el tema de la vejez a nivel internacional. En México, en 1998, se instituyó el Día Nacional de la Persona Adulta Mayor. En Luchadoras respondemos a ese llamado de nombrar a las personas mayores interpelando los prejuicios y estereotipos que atentan contra el goce de una vida digna de casi cuatro millones de mujeres mayores en nuestro país, según cifras oficiales.
Buscamos reivindicar la rebeldía, la lucha y la fuerza de nuestras predecesoras, las que cuestionan el deber ser y las que nos enseñan que envejecer es un proceso de cambios a través del tiempo, natural, gradual, continuo, irreversible y enriquecedor.
Adriana Luna Parra
Nuestra primera abuela irreverente, partió de esta vida el pasado 25 de agosto, no sin antes dejar un legado de lucha por la construcción de un mundo más justo. Dedicó la última etapa de su vida a defender los derechos de las personas adultas mayores con un enfoque feminista y no descansó sin antes lograr que se discutiera el tema de la objeción de conciencia, el derecho a una muerte digna y una vida libre de violencias para las mujeres mayores.
“Quisiera que todas las abuelas y los abuelos formáramos un ejército de canas rebeldes y lucháramos contra los estereotipos que nos amarran”. Adriana Luna Parra.
Samantha Flores
Nació en Orizaba, Veracruz en 1932, es una mujer trans y activista que desde hace 22 años lucha por los derechos de la comunidad LGBTTTI y las personas que viven con VIH. A sus 83 años, logró cumplir su mayor sueño: crear el primer centro de atención gratuito para personas mayores LGBTTTI.
Rosario Iglesias
Mejor conocida como “Doña Chayito” se inició en el atletismo a sus 80 años, por lo que se convirtió en una de las corredoras más longevas del mundo. En poco más de una década logró asistir a ocho campeonatos mundiales y fue ganadora de más de treinta medallas. A los 98 años falleció satisfecha por el reconocimiento que recibió de multitudes en las pistas, donde siempre se le identificó como una campeona.
Concha García
Ella es un ejemplo de creatividad, mucho se habla de los problemas que acarrea la brecha tecnológica a las personas de la tercera edad, sin embargo, Concha a sus 87 años rompió con esas barreras y es considerada una artista de Paint, sí ¡el programa de diseño de Windows! A la fecha casi 25 mil personas de todo el mundo, siguen su cuenta en Instagram.
Margarita Guerrero
El pasado 17 de agosto, el mundo despertó con la noticia de que la luchadora social argentina había fallecido. Margarita fue una de las heroicas fundadoras de Madres de Plaza de Mayo en provincia, organización que desde los años 70 mantiene encendida la llama de la rebeldía con el fin de recuperar con vida a las personas desaparecidas por la dictadura de Videla. Nuestras abuelas, referentes de lucha en el cono sur, seguirán siendo un ejemplo de la defensa por los derechos humanos y contra la impunidad de los genocidas.
Lupita Palacios
Es una de las abuelas mexicanas que nos llenan de orgullo. Originaria de la comunidad indígena Vicente Guerrero, del municipio chiapaneco de Ocozocoautla concluyó a sus 96 años sus estudios de secundaria y planea ingresar al bachillerato. Lupita rompió con los prejuicios que impiden a nuestras abuelas envejecer con dignidad y, sobre todo, haciendo lo que más desean.
Norma Guerra Ramos, Rosa Elvia Hernández, María Aidé López y Olga Lilia Pimentel
Son cuatro mujeres indígenas originarias de Oaxaca, mejor conocidas como las “abuelas solares”. En 2013 su comunidad se vio afectada por el huracán Bárbara y ellas decidieron convertirse en agentes de cambio, emprendieron un viaje a la India para capacitarse en energías alternas y después de seis meses electrificaron su comunidad por medio de la creación e instalación de paneles solares.
Katherin Coleman G. Jhonson
Fue hace un siglo, en 1918, cuando una de las mujeres más importantes de la NASA llegó a este mundo. Jhonson es una física, científica espacial y matemática estadounidense que por más de 20 años formó parte de investigaciones en las que se llevaron a cabo los cálculos de las trayectorias de los primeros lanzamientos espaciales. Su trabajo, investigación y precisión fue fundamental en el desarrollo de la navegación astronómica.