“La arrestaron tan a menudo que cada vez que hablaba en público llevaba consigo un libro para leer en la cárcel. Era Emma Goldman y su delito doble: ser anarquista y feminista, orgullosa representante de las mujeres que se auto designaban «mujeres libres»”.
Nuria Varela, Feminismo para principiante
Hoy 14 de mayo recordamos el 79 aniversario luctuoso de una mujer que luchó para cambiar el orden establecido; Emma Goldman, crítica, pensadora, activista radical, feminista y defensora de la libertad de expresión, el amor libre y el control de la natalidad.
Sus ideas hicieron temblar naciones, fue deportada de los Estados Unidos y obligada a huir de la Rusia soviética. Pasó décadas en el exilio; expulsada de Letonia, Suecia y Alemania. A todas partes a las que iba, se negaba a ser intimidada: pronunciaba discursos ardientes, provocaba disturbios, inspiraba a la defensa, visitaba zonas de guerra. Nada podía silenciarla; ni el exilio, ni la prisión, ni las amenazas violentas.
“LA JUANA DE ARCO MODERNA”
La pobreza, la opresión y el anhelo por la liberación marcaron los primeros años de Emma Goldman, una chica de familia judía, nacida el 27 de junio de 1869 en Kovno una pequeña ciudad, atrasada y antisemita, que formaba parte de la Rusia Imperial. En aquella época su familia y ella sufrieron de discriminación y hostilidad que les orilló a vivir en guetos judíos y bajo constantes ataques. Consciente de la injusticia de su situación, Emma encontró en Judith a una heroína del pueblo judío, con la cual se identificó.
En 1881 el zar Alejandro II fue asesinado, este momento representó para ella la oportunidad de soñar con el inicio de un nuevo orden. Le entusiasmaban las ideas populistas y nihilistas rusas. Devoró con entusiasmo “Lo que hay que hacer” de Nikolái Chernishevski. Y su heroína de la infancia Judith, fue entonces reemplazada con la moderna Vera de Chernishevski, una organizadora política y cooperativa de trabajo.
A los 16 rechazando un matrimonio arreglado, zarpó rumbo a América en compañía de su media hermana. Goldman ya había trabajado en una fábrica en Rusia donde se sumó al feminismo de las mujeres revolucionarias que allí conoció. En Estados Unidos encontró trabajo en otra fábrica y comenzó a interesarse en el anarquismo. A partir de entonces, en sus discursos y escritos, Emma siempre unió anarquismo y feminismo.
ANARQUISMO PARA LAS MUJERES LIBRES
“¿Qué aporta la anarquía, a una mujer?
Más para la mujer que para cualquier otra persona, todo lo que ella no tiene, libertad e igualdad»
Para Goldman la libertad era el principio de todo, por eso afirmaba que las relaciones entre los sexos tenían que ser absolutamente libres. Puntual en sus ideas, consideraba que el desarrollo de la mujer, su libertad y su independencia, debían surgir de ella misma y era ella quien debía llevarlas a cabo. Primero, afirmándose como persona y no como una mercancía sexual. Y segundo, rechazando la autoridad que cualquiera pretendiera ejercer sobre su cuerpo. Como por ejemplo; negándose a engendrar hijos, a menos que ella fuera quien los deseara. Para Emma la verdadera revolución surgiría de las propias mujeres, al liberarse del peso de los prejuicios, las tradiciones y las costumbres.
La pionera en el activismo por el control natal, consideraba que la opresión de las mujeres estaba en el mandato de la sexualidad, ésta era el arma más importante y poderosa que la sociedad ejercía contra ellas. El Laborar como enfermera y partera de los y las trabajadoras inmigrantes del Lower East Side fue suficiente para convencer a la joven activista de que el control de la natalidad era esencial para la libertad sexual y económica de la mujer. Para 1915 acompañada de su discípula Margaret Sanger recorrió Estados Unidos dando conferencias sobre «el derecho del niño a no nacer» y exigiendo que los cuerpos de las mujeres fueran liberados de la coacción del gobierno.
EL PODER DE LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN
Una sociedad puritana y llena de reglas y tradiciones, se sentía totalmente ofendida por los ideales anarquistas de Emma. Sin embargo, ella no temía a expresar sus ideas.
El 28 de marzo de 1915, ante una audiencia mixta de seiscientas personas en el Sunrise Club de Nueva York, la anarquista explicó, por primera vez en toda América, cómo se debía usar un anticonceptivo. Fue arrestada de inmediato y se le llevó a un juicio donde se le dio a elegir entre pasar quince días en una penitenciaria o pagar una multa de cien dólares. Ella eligió la cárcel. Al día sigueinte en los medios de comunicación se escribieron titulares como: Emma Goldman fue enviada a prisión por sostener que las mujeres no siempre deben mantener la boca cerrada y su útero abierto.
Poco antes de su juicio y posterior encarcelamiento, Goldman declaró en el conocido discurso; Los aspectos sociales del control natal -publicado en la revista Mother Earth en 1916- su fiel postura;
“Puedo ser arrestada, puedo ser juzgada y encarcelada, pero nunca guardaré silencio; Nunca consentiré ni me someteré a la autoridad, ni haré las paces con un sistema que degrada a la mujer como una simple incubadora y que engorda a sus víctimas inocentes. Ahora y aquí declaro la guerra a este sistema y no descansaré hasta que el camino haya sido despejado para una maternidad libre y una infancia saludable, dichosa y feliz”.
Emma Goldman nos dejó una herencia compleja; a través de su vida y su elaboración teórica contribuyó a dar una dimensión feminista al anarquismo y una dimensión libertaria al feminismo. Su convicción y pensamiento la hacen una mujer que admiramos, un símbolo de rebelión y lucha, cuyas inquietudes nos resultan aún tan actuales.