Minerva Valenzuela toma la risa como algo serio, como una herramienta de cuestionamiento, reconstrucción y como una respuesta al machismo, como representante del cabaret independiente en México desde hace varios años gestiona, a través de organizaciones y colectivas, espectáculos de cabaret en los que se habla de derechos humanos,haciendo especial énfasis en las mujeres. Este mes en Genias nos comparte su trabajo en el cabaret y burlesque feminista.
Minerva se formó como actriz, pero siempre pensó que para algunas mujeres el teatro tradicional no era suficiente, desde ahí es que piensa su ejercicio de cabaret. Retoma lo aprendido en su formación y a la vez lo cuestiona y transforma, lo que la ha llevado a tener un acercamiento directo con el público, pues “cómo no tomarlo en cuenta si está ahí y también puede hablar”. Con el público existe una mirada directa a los ojos y las personas hacen que cada función sea distinta.
Dentro del cabaret, Minerva se apropia también del burlesque para generar lo cómico y la burla que la llevan a la posibilidad de una crítica de lo que hay alrededor. Se trata de cuestionar, a través de la risa, lo que ya aceptamos como establecido. El lenguaje del cabaret se configura a través de símbolos, síntesis, palabras, música y movimiento del cuerpo.
Minerva piensa el humor a través de lo corporal, con la risa y la transformación que hace en nuestro organismo el público puede percibir desde otra manera. En este sentido ella piensa el humor como resistencia, y también algo con lo que hay que tener cuidado, porque hacer reír puede resultar fácil, pero es importante cuestionar y hacer una reconstrucción para no seguir generando burla desde el machismo, sino más bien como una respuesta.
DESOBEDECER LO TRADICIONAL
Dentro de las genias que inspiraron a Minerva está María Conesa, una vedette de la Revolución Mexicana que llegó a México alrededor del año 1900. Se convirtió en una leyenda con una potente personalidad que le permitió, desde el escenario, decir y hacer cosas desobedientes, como cortarle parte del bigote a un general. Sentó precedentes de un comportamiento de las mujeres en la escena, de desobedecer lo tradicional, aunque actualmente no es reconocida como madre del cabaret.
Otras de las genias de las que nos habla Minerva son Liliana Felipe y Jesusa Rodríguez.
Liliana es compositora, pianista y cantante, su obra se caracteriza por la crítica al autoritarismo a partir de su potente voz. Jesusa es una creadora escénica y su trabajo se ha distinguido por el humor y la parodia política, donde también reflexiona críticamente sobre el papel de la mujer en la historia mexicana.
En 1990, Jesusa Rodríguez y Liliana Felipe decidieron reconstruir el teatro La Capilla, en Coyoacán y fundar el cabaret “El Hábito”, actualmente llamado Teatro Bar El Vicio, donde Jesusa dirigió espectáculos con combinación de cabaret, carpa, revista, teatro experimental y performance, que iban con temas desde la parodia política al orgullo lésbico-gay.
CABARET Y BURLESQUE FEMINISTA, PARA TODAS Y DE TODAS
Si bien Minerva retoma el formato del cabaret cuestiona que se haya institucionalizado al punto en el que se tiene que preparar una rutina con duración de varios meses. Para ella el cabaret se trata de mantenerlo fresco y modificarlo siempre que sea necesario y con ello ver lo que se está viviendo a diario y también que sea ella misma la creadora de la función y la represente, para así hablar de lo que piensa, le duele, percibe y hay a su alrededor.
En esta búsqueda se encontró con grupos de mujeres que no son tan visibles dentro de la sociedad, incluso para ella, por lo que decidió acercarse desde el cabaret. Se aproximó al mundo de las mujeres sordas a través de propuestas con lenguaje de señas, montando el espectáculo “Concierto para Locas, Putas y Feas”.
También se acercó a mujeres que se encuentran en centros penitenciarios y buscó visibilizarlas con el show Los caballeros las prefieren presas. Esto como una apuesta de no sólo llegar a la periferia, mujeres más cercanas con una vida parecida a la suya, sino a pensar en otras posibilidades de vida. Se trata de involucrar y hablar con otras mujeres a través del cabaret para hacerse preguntas, criticar y experimentar.
“En tiempos de fuertes crisis, el arte deja de ser sólo bello para convertirse en una herramienta que pregunta, que critica, que se alimenta de la indignación y se burla del sistema.”
El cuestionar y la desobediencia son para Minerva fundamentales en el lenguaje del cabaret. Nuestra ¡Genia! de enero también comparte su conocimiento y experiencia a partir de talleres, como el taller de burlesque feminista, el de lenguaje de señas feminista, entre otros, con los que busca llegar a más personas y compartir entre mujeres.
Conoce más sobre su trabajo y talleres aquí: www.ladelcabaret.org