[vc_row type=»in_container» full_screen_row_position=»middle» scene_position=»center» text_color=»dark» text_align=»left» overlay_strength=»0.3″ shape_divider_position=»bottom» bg_image_animation=»none»][vc_column column_padding=»no-extra-padding» column_padding_position=»all» background_color_opacity=»1″ background_hover_color_opacity=»1″ column_link_target=»_self» column_shadow=»none» column_border_radius=»none» width=»1/1″ tablet_width_inherit=»default» tablet_text_alignment=»default» phone_text_alignment=»default» column_border_width=»none» column_border_style=»solid» bg_image_animation=»none»][vc_column_text]Hay una deuda histórica con las minorías en temas de representación. Si bien el cine, en su carácter como expresión artística, no responde necesariamente a urgencias sociales ni militancias, sí se convierte en un testimonio de las miradas en el momento de su concepción. El cine se alimenta de la realidad que lo circunda y, a su vez, nutre las miradas de quienes habitan esta realidad, convirtiéndose en uno de varios factores detrás de sus maneras de percibir el mundo.
Cada vez hay voces más diversas que se enfrentan a la forma en que la comunidad LGBTTTIQ+ ha sido retratada: las historias donde los personajes de la diversidad son estereotipados y homogeneizados, han sido confrontadas por una oleada de miradas ávidas de una representación digna, justa, real y compleja. Cinema Queer se suma a estos esfuerzos en su trabajo por abrir nuevas ventanas que permitan el encuentro de estas miradas con el público.[/vc_column_text][image_with_animation image_url=»8249″ alignment=»center» animation=»Fade In» border_radius=»none» box_shadow=»none» max_width=»100%»][vc_column_text]Todo el mundo tiene a alguien menos yo (Raúl Fuentes, 2012)[/vc_column_text][divider line_type=»No Line»][vc_column_text]“Hay una batalla de los realizadores por tener estos espacios. Ahora que existen las posibilidades de organizarse virtualmente, muchas personas se unen tanto para promover el contenido que les gusta como para criticar el que no les gusta. Lo que se ha logrado es producto de una unión para contar historias que sean dignas, que emocionen, que gusten, cuyos ejercicios de representación sean justos. Es un trabajo constante. Si bien hay espacios ganados, sigue faltando mucho por hacer.”, comenta Lulú. Ésta es una carrera de resistencia para poco a poco ir reclamando los espacios que han sido tradicionalmente reservados para quienes cumplen con ciertos criterios hegemónicos reducidos.
La meta es un cine donde no haga falta la distinción de historias con “temática gay” cuando, en realidad, se trata de “historias cuyo corazón son experiencias universales sobre el autodescubrimiento, la reflexión, las distintas formas de nombrarse y de habitar este mundo”, comenta Lulú. “Aunque sus historias en particular involucren temas de la diversidad, muchos directores no se consideran realizadores queer; hay una tensión entre los espacios que se están ganando y la separación de la comunidad LGBTTTIQ+”. Las preferencias sexuales, así como las distintas identidades, son factores que atraviesan historias que, al final de cuentas, son profundamente humanas. Estos relatos forman parte de un mosaico de diversidades cuyas partes deberían poder coexistir en igualdad de condiciones.[/vc_column_text][image_with_animation image_url=»8250″ alignment=»center» animation=»Fade In» border_radius=»none» box_shadow=»none» max_width=»100%»][vc_column_text]Encuentro (Ivan Löwenberg, 2019)[/vc_column_text][divider line_type=»No Line»][vc_column_text]La representación importa. La lucha por una representación justa no debe cesar mientras sigan existiendo públicos invisibilizados o retratados de maneras deficientes. Para esto, es necesaria también una diversidad detrás de cámaras, así como un constante cuestionamiento de las miradas de los realizadores, los modos de consumo y necesidades del público. Lulú reflexiona al respecto, “en nuestras juventudes, había muchas cosas veladas en los personajes de la diversidad, ahora las representaciones son más frontales. ¿Qué impacto tiene esto en los públicos más jóvenes? ¿Cómo influye esto en su libertad para nombrarse como se quieren nombrar? Cada vez hay más esfuerzos para reclamar identidades y reconocer que la diversidad es tan válida y normal como la heterosexualidad. El cine puede cambiar muchas cosas y el que existan esas historias puede ser un puente de comunicación; se puede convertir en una herramienta para dar sentido a ciertas partes de la vida”.
Durante octubre, la programación de Cinema Queer estará disponible en línea de forma gratuita a través de la plataforma FilminLatino. Puedes conocer los títulos en sus redes sociales, así como los horarios de sus encuentros en línea donde se llevarán conversaciones clave alrededor de estos temas. Es momento de conocer distintas miradas y acercarnos a realidades diversas. ¡Súmate a la conversación![/vc_column_text][image_with_animation image_url=»8258″ alignment=»right» animation=»Fade In» border_radius=»none» box_shadow=»none» max_width=»100%»][/vc_column][/vc_row]