Por: Diana Betanzos
Para Diana
Para Lidia, Lau, Cami y Jairo.
Para Ingrid, Dulce, Daniela y Bruno.
Con todo mi amor.
te veo,
a la altura de mis rodillas y las tuyas
sentadas juntas,
esperando
salir las tortillas del comal
Fragmento de «Apapacho al memorial» Magaly Paut
La vida y el mundo duelen, transitarlos es peligroso. Un día puedes simplemente no volver. No volver a ser, no volver a existir, no volver a soñar.
Diana Velazquez Florencio fue asesinada en julio del 2017 en Chimalhuacán, allá, en el Estado de México. Y aquí no hay sin embargos, ojalá nuestros caminos no se hubieran encontrado, al menos no por el feminicidio de Diana.
Lidia, Laura, Cami y Jairo son la familia de Diana, desde hace casi 5 años que nos conocimos y las he visto caminar, luchar, gritar, pintar murales, enfrentarse a la burocracia, omisión e indolencia del Estado en la búsqueda de justicia para su hija, para su hermana. Las he visto también organizar rodadas y llenar de flores, frutos y semillas las calles áridas de Chimalhuacán porque no solamente han buscado la justicia que podríamos entender en términos jurídicos, sino también una justicia desde la indignación, la rabia y el dolor, una justicia llena de amor, valentía, ternura y memoria.
Dentro de esta búsqueda, los pasos de muchas se han sumado al andar de la familia Velazquez Florencio para acompañar este camino. ACOMPAÑAR ¿qué es acompañar? ¿Existe una manera única de hacerlo? ¿Cuántas respuestas existen para estas preguntas?
Quizá una posible respuesta de las muchas que hay es “Quemar los campos” un esfuerzo de Daniela, Ingrid, Dulce y Bruno que conforman Teatro desde la grieta, un laboratorio de investigación y creación escénica que a partir de un dispositivo de acompañamiento escénico o un ensayo interactivo para conectar en la vulnerabilidad, nos convocan a juntas hacer paso a paso, un jardín que nos permita meter las manos a la tierra, escucharnos, sentirnos y saber quién fue Diana Velazquez Florencio más allá de un relato de muerte.
«Antes de la siembra, viene la quema.»
Paso uno…
https://www.youtube.com/watch?
… Paso cinco: Con cuidado, haz huecos en la tierra y planta, y piensa que lo mismo hacen las pisadas de las madres: romper las banquetas y abrir el suelo para dar paso a las flores.
Un llamado a los cuestionamientos: ¿Cómo nacen los campos? ¿Quién detuvo la primavera?.
“Saber que este presente está atravesado por un alguien nos falta. Nos falta Diana aunque no la hayamos conocido, nos falta a todas”, me cuentan las compas de Teatro desde la grieta mientras este jardín se llena de ausencia.
Diana
Su ropa bajo el sol y la lluvia
Botes de yogurt llenos de agua
Tres libros cerrados
Una ventana sin cortina
Shakira y Bosé sonando a todo volumen en el baño
Dulces y cigarros
Sus pasos por
Lago de Guadalupe,
Copilco,
Metro Impulsora.
Lidia y Laura han estado presentes en prácticamente todas las funciones de “Quemar los campos”. El acercamiento entre estos mundos lejanos (porque hay que decirlo, las realidades que nos atraviesan son distintas y eso importa) nos ha permitido ampliar nuestras ideas en relación al encuentro, al estar y el acompañar.
Sobre esto, Lidia, la mamá de Diana, me platicó:
Yo me imaginaba que iba a ser una obra de teatro así, convencional, con los actores allá y yo con el público, pero no. Hemos participado mucho y cuando cantaron “La primera vez”, la canción de Dianita, nos abrazamos y chillamos mucho.
Para Lau, hermana de Diana, ha sido un lugar para nombrar la vida:
Nos interesa la vida por lo que es la vida, no por lo que haya sufrido, porque obvio, nosotras sabemos lo doloroso que es todo lo que hemos pasado, pero sí cuesta trabajo salir a los medios y decir todo lo que le hicieron a Diana. Y repetirlo una y otra vez yo creo que no está bien (…) Diana sabía muchas cosas, sabía de política, le gustaba leer, le gustaba ejercitarse y a mí me gusta que la recuerden mejor así; enfocarnos en la vida.
Mientras que para Teatro desde la grieta “Encontrarse con personas implica siempre desestabilizar el mundo propio, implica ponerse en contacto con el mundo de alguien más y particularmente, el mundo de Lidia es un mundo muy complejo, muy grande, muy profundo por muchas razones, no solamente porque es un mundo atravesado por el crimen, sino es reconocer la dimensión de la persona, no solamente verla como alguien víctima de feminicidio sino como un ser humano transitando la vida… abrir la escucha”.
Juntas hemos comido pozole en la casa de Lidia, Lau, Jairo y Cami, y también hemos marchado en Chimalhuacán, pero la interrogante sigue abierta ¿Qué es acompañar?, y agregaría ¿Cómo nos tratamos al acompañar?
Marina Garces en su libro “Un mundo común” dice:
En el trato hay un modo de estar, de sostener, de tener entre manos, de situarse uno mismo… El trato no se decide en la acción, incluso puede no haberla. El trato es un posicionamiento y a la vez una entrega que modifica todas las partes en juego.
En el texto de “Quemar lo campos” se lee “Dice Iliana Diéguez que pensar en el otro es darle un lugar en nuestro cuerpo”, y yo cuando pienso en Lidia, en Diana, o en cómo voy a sobrevivir el próximo mes, pienso también que una no es únicamente la acompañante, sino que en este mundo tan injusto y desigual, al decidir acompañar a otrxs, la realidad es que también nos estamos permitiendo ser acompañadas, que en el encuentro y en la posibilidad de esos mundos comunes, más bien y sobre todo, NOS ACOMPAÑAMOS, nos acompañamos para crearlos, para transitarlos tejiendo puentes, acortando distancias, sosteniéndonos y sembrando jardines de memoria porque podemos quemar absolutamente todo, menos la memoria de Diana y de todas quienes nos faltan.
Finalmente, les dejó el enlace donde podrán ver la variación virtual de “Quemar los campos” y las redes sociales de Justicia para Diana para conocer más sobre las acciones que realizan su familia y en medida de sus posibilidades, sumarse asistiendo o compartiendo.