La cacería de brujas terminó en el siglo XVII pero el concepto de las brujas continúa en las mentes conservadoras que tienen el poder, es así, que la ejecución y persecución de mujeres que representan ideas distintas y radicales a lo que el sistema impone continúa, hoy en día las mujeres son perseguidas, desaparecidas, asesinadas por manifestar sus ideas, creencias, por verse y vestirse de forma distinta.
En esta colaboración ilustrada Ana Karenina nos lleva a hacer un recorrido por la historia de las brujas, esas mujeres que fueron y seguirán siendo perseguidas por hacerse cargo de sus voces, vidas y cuerpos, por romper las normas establecidas por el patriarcado y las culturas hegemónicas.
Una bruja es una sobreviviente y la brujería es un medio de supervivencia en un mundo que no siempre valora la vida.
Con esta serie de ilustraciones recordamos a las mujeres del siglo XV, las primeras brujas que fueron investigadas y enjuiciadas por la hegemonía cristiana. A quienes vivieron en la Edad Media con la prohibición de acceso al poder institucional, a quienes siguieron siendo consideradas brujas,aún y cuándo la cacería había terminado: las sufragistas y las mujeres que encabezaron los movimientos de liberación sexual de la década de los años 60.
También hacemos un recorrido por las brujas que llegaron a la la cultura pop y trajeron consigo el imaginario de un mundo ideal en donde las mujeres tienen autogestión, pueden decidir, cambiar las cosas y tienen poder, en contraste al papel pasivo y silencioso que siempre se nos ha mostrado de las princesas y las protagonistas hollywoodenses.
Ser bruja es rechazar las estructuras, ser bruja es identificarse con las propuestas disidentes, ser bruja es no ajustarse a lo que no se considera “correcto”, ser bruja es seguir construyendo un mundo distinto.