Hace ya algunas semanas publiqué una pregunta abierta en mis redes sociales: “Si pudieran decirle algo a su yo de niña, ¿qué le dirían?”. Creo que no podría haber predicho el resultado que, por momentos, fue abrumador y sumamente triste, pero también lleno de amor y esperanza.
Llegaron más de trescientas respuestas a esa pregunta, y siguen llegando, todas contando sus historias, sus vidas, todas diferentes, pero todas con una constante: necesitamos amarnos más y quitarnos culpas que llevamos cargando por años.
Debemos deshacernos de esas culpas y perdonarnos a nosotras mismas como un acto de apapacharnos, porque seguimos necesitando esas palabras de aliento y porque esa niña interior, esa que a los 11 años sintió que nunca se recuperaría, que no era suficiente, esa niña sigue con nosotras y sigue necesitando ese abrazo y ese cariño.
Porque, como dijo alguna vez el onceavo Doctor en “Doctor Who”, “todas somos diferentes personas a lo largo de nuestras vidas. Y eso está bien, eso es bueno, hay que seguir moviéndose, siempre y cuando recuerdes todas las personas que fuiste alguna vez”. Y eso, somos un continuo proceso, nuestra vida es un proceso, no somos un producto terminado, y eso es maravilloso, porque significa que siempre tendremos la oportunidad de cambiar, de avanzar, pero también de retroceder y pensarnos en nuestras otras etapas, de perdonarnos, abrazarnos, amarnos.
Yo por mi parte, escribí una carta -que por el momento mantendré privada- a mi yo de pequeña: “Chicalita, Te amo. Tu carácter está bien, tú estás bien, no tiene nada de malo decir -ni gritar- lo que piensas. Habrá a quien no le guste, pero who cares? Solo cuida no lastimar a otras personas. Abraza a tus amistades, estarán menos tiempo de lo que piensas, ámales, aprovéchales, abrázales y siempre diles lo que significan para ti. Va a doler muchísimo y siempre, pero podrán seguir. Y eso que te pasó no es tu culpa. Vamos bien. Te amo”.
Las invito a revisar las respuestas que publiqué en mis redes, tal vez se puedan sentir identificadas y, si aún no lo han hecho, puedan comenzar a abrazar a su yo pequeña. Aún estamos a tiempo de regresar con ella, darles un abrazo y decirles que aquí seguimos caminamos juntas, que nos tenemos en todos los tiempos y todos los espacios, que las amamos y que ya estamos sanando.
¿Ustedes qué se dirían?