Y en las nuevas políticas de Whatsapp, ¿nosotras qué?

May 13, 2021

Por: Yunuhen Rangel Medina e Ixchel García

“Somos ciudadanía, activistas, legisladoras/es y usuarias/os de WhatsApp en todas partes del mundo y estamos organizándonos para retomar el control de nuestra privacidad, rechazar esta política y hacer oír nuestro mensaje: Salvemos Whatsapp” 

El 15 de mayo es la fecha límite para aceptar la nueva política de privacidad de WhatsApp, si queremos seguir usándola, sin embargo, creemos que es necesario considerar algunos puntos sobre los obstáculos estructurales y las brechas en el acceso digital en defensa de les usuaries, de su derecho a la privacidad y  la protección de sus datos personales.

A propósito, en Luchadoras realizamos una encuesta rápida con nuestras seguidoras para saber cuál es su relación con la aplicación y el nivel de conocimiento al respecto, de lo que resultó que:

De un total de 1137 votantes en Instagram, (solo 11 de ellos hombres) a quienes preguntamos ¿Cuál es la aplicación de mensajería que más utilizas? La mayoría (1071), respondió que WhatsApp, en segundo lugar  Telegram (36 personas) y Signal (8).

  • WhatsApp 94.2% 94.2%
  • Telegram 3.2% 3.2%
  • Signal 0.7% 0.7%
  • Otras 1.9% 1.9%

Sobre cuál es la razón por la cual utilizan más esa aplicación, de  1,107 personas votantes (de ellas 18 hombres), la mayoría (785), respondió que “porque todxs la usan”, por que “es más práctica (223), y por que es ilimitada en su plan tarifario (99).conocidos. A continuación, se detallan estos diez casos.

  • Porque todxs la usan 70.9% 70.9%
  • Es más práctica 20.1% 20.1%
  • Es ilimitada en mi plan 8.9% 8.9%

También preguntamos si conocen las políticas de privacidad de Whatsapp que tienen hasta el 15 de mayo para aceptar. De 1,031, (19 hombres) aprox (De acuerdo al nombre con el que están registrados), más de la mitad (595), dijo que no las conoce y quiere saber más, en segundo lugar (347) respondieron que  sí las conocen y sí les preocupan, y 89 personas dijeron no saber nada sobre el tema.

  • No las conozco y quiero saber más 57.5% 57.5%
  • Sí las conozco y sí me preocupan 33.5% 33.5%
  • ¿Políticas de khé? 8.6% 8.6%
  • Sí las conozco y no me preocupan 0.4% 0.4%

En una experiencia similar, encuestamos a nuestra audiencia en Twitter y los resultados fueron bastante similares. Es muy importante señalar que las audiencias de nuestras redes sociales son mujeres en su mayoría, cuya brecha digital resulta menor en tanto que suelen transitar las redes sociales, por lo que es necesario y prioritario dar luz a los puntos ciegos sobre mujeres y sus condiciones, que no están incluidas en este brevísimo sondeo.

Por ello, hacemos un llamado a Facebook a tomar en cuenta las siguientes reflexiones:

1.- Acceso y brecha digital

Las nuevas políticas de privacidad en Whatsapp pueden afectar los derechos de las personas usuarias pues, de no aceptarlas, las dejaría sin uno de los espacios esenciales para la comunicación y el acceso a la información. Las mujeres, las disidencias y las personas racializadas enfrentan una importante brecha digital que con la aplicación de las nuevas políticas, podría verse profundizada. 

Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en 2020 el teléfono celular representa la tecnología con mayor penetración nacional con 86.5 millones de personas usuarias en el país. Las mujeres (44.7 millones) lo usan más que los hombres (41.8 millones). 

Los modelos, estructuras y hasta tradiciones socialesestructurales basados en el sexo, el género, la raza, la ubicación geográfica y, por supuesto, la capacidad adquisitiva, vivir con una discapacidad, entre otros, intervienen en la dificultad de acceso para ciertas poblaciones y sectores. 

De acuerdo a World Wide Web Foundation, a nivel global hay más hombres que mujeres en Internet, a esto habría que sumar que las mujeres con menos recursos económicos tienen un 50% menos de probabilidad de estar conectadas a internet que los hombres. 

El informe “Brecha Digital de Género en México ¿De qué hablamos cuando hablamos de acceso?”, hecho por Derechos Digitales en México, pone en crisis lo que implica acceso. Pues “en México el panorama a primera vista parece distinto. Para el 2016 el 51.5% de las mujeres tenían conexión a internet, inclusive por encima de los hombres cuya cifra estaba en el 48.5%. Sin embargo, la revolución de las tecnologías de información y comunicación, aún no está transformando la vida de las mujeres”. 

Según la Dirección General de Cómputo y Tecnologías de la Información y Comunicación (DGTIC), de la UNAM,  alrededor de 77 millones de personas en México tienen una cuenta de WhatsApp, lo que la convierte en una de las aplicaciones de mayor uso entre jóvenes y adultas/os mayores por igual.

El Acceso implica mucho más que un punto de conexión de wifi. Hay acceso a internet cuando internet sirve como una herramienta para aprender y conocer; cuando como mujeres podemos pagarla; si tiene contenidos entendibles, que nos interesen y sean relevantes para nosotras; un espacio seguro para compartir y disentir, en comunidad y en nuestro idioma.

En este sentido, es importante decir que no se trata solo de “enviar” las nuevas políticas, sino de garantizar su comprensión y consentimiento informado con sus implicaciones, y que su establecimiento tome en cuenta los derechos de las personas usuarias así como el contexto estructural que pueden enfrentar. 

Condicionar el uso de whatsapp solo aceptado reducir su derecho a la privacidad con las nuevas políticas, aumenta la brecha digital que ya enfrentan. Como ofrece nuestra breve muestra, la mayoría no las conoce o las conoce y le preocupan.

2.- Internet capitalista y datapolios  

Whatsapp es la aplicación de mensajería más usada en unos 25 países. De acuerdo a las estadísticas del 2021, México es el sexto país que más utiliza esta aplicación. Quizás algo tenga que ver con que en México se trata de la única aplicación de mensajería que está incluida en los planes tarifarios o prepago para los celulares. Sin competencia, no hay opciones y eso es peligroso en tanto que sin opciones viables no es posible decidir. 

La Comisión Económica para Ámerica Latina y el Caribe indica que la desigualdad económica en todo el mundo ha ido en aumento. La distribución inequitativa de ingresos, la falta de recursos, la brecha salarial y el trabajo no remunerado son resultado de la desigualdad que se vive en México. 

Por eso debemos ser puntuales en la crítica a quienes están en el poder y esos monopolios que se crean donde la gente se ve a obligada a consumirles porque de lo contrario, salimos de la comunicación en comunidad, y porque las desigualdades económicas nos orilla a utilizar “esas alternativas que nos conviene”, que nos ofrecen más y más barato, obligandonos a elegir la opción que más coincide con las desigualdades económicas en las que vivimos. 

Los monopolios de por sí ya capitalistas, impiden la competencia. Los costos competitivos que beneficia a las personas usuarias, recrudecen las enormes brechas digitales y limitan las opciones de las personas que en un contexto de pandemia y de violencia estructural contra las mujeres, resultan tan relevantes de atender.

3.- Riesgos focalizados en las mujeres

Insistimos en la necesidad de tomar en cuenta los contextos en los que operan aplicaciones como Whatsapp, en tanto que son herramientas fundamentales para la comunicación, el ocio frente a la salud emocional, el trabajo y por supuesto las emergencias, y que además, su utilidad se ha visto resaltada en contextos como la pandemia mundial por el Covid19.

Por otro lado, la violencia estructural contra las mujeres que en México ya era una emergencia que se profundizó a partir de la pandemia. El informe Las dos pandemias, violencia contra las mujeres en contexto de pandemia; detalla que algunos tipos de violencia, como la violencia familiar, los asesinatos y las llamadas de auxilio,  se intensificaron. 

En ese sentido, consideramos que plantear políticas de privacidad que no son entendibles, o que deben aceptarse para poder seguir usando aplicaciones como esta, puede reducir las alternativas más fáciles para la comunicación y acceso a la información de mujeres y niñas, en tanto que implica una oportunidad inmediata en términos de comunicación con un mayor número de personas ante violencia de género.

4.- Defendemos el derecho a la privacidad

Desde el 2016 Whatsapp comenzó a compartir información de las personas usuarias y metadatos con Facebook y otras compañías pertenecientes y ligadas a Facebook. El número de teléfono, información de registro como tu nombre y datos del dispositivo móvil (modelo, marca y compañía telefónica) y la dirección IP, que indican la ubicación de tu conexión a Internet, son información que ya se compartía. 

Si Whatsapp ya comunicaba esta información ¿Porqué hasta ahora está notificando a las personas usuarias? La compañía dice que la información que recopila y planea continuar recopilando es información de las personas usuarias “para operar, proporcionar, mejorar, comprender, personalizar, respaldar y comercializar” sus servicios. Sin embargo en el 2014 Facebook compró Whatsapp, esto nos hace dudar sobre qué se hace con nuestra información.

Las nuevas políticas podrían recrudecer la falta a nuestro derecho a la privacidad. Bien menciona R3D, “Facebook quiere sacar más provecho de su plataforma de mensajería instantánea. WhatsApp es un servicio ampliamente utilizado entre las personas, pero Facebook quiere detonarlo como una plataforma de contacto con empresas” y eso preocupa. 

El desarrollo de las tecnologías ha traído también la sofisticación y automatización de procesos de vigilancia en escala masiva, que representan nuevas amenazas a la protección de información personal. Pero, aunque Internet está transformando las fronteras de lo que conocemos público o privado, la privacidad en el espacio digital es un derecho.

Por ningún motivo se debe aceptar o justificar la vigilancia y el control desde Internet. Tenemos derecho a la privacidad, a elegir cómo y con quién compartir información, el extractivismo de datos atenta contra este derecho. 

Condicionar su uso solo aceptado reducir su derecho a la privacidad, con las nuevas políticas, aumenta la brecha digital que ya enfrentan.

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